Seis variables de la economía que se viene

Seis variables de la economía que se viene

El Gobierno nacional debe dar señales al mercado de que se aplicarán medidas que tiendan a mejorar las expectativas para no causar otra crisis más profunda. Según un sondeo, el 66% de los consultados creen que el Ejecutivo no sabe cómo resolver los problemas de la Argentina. La inflación, otra vez, el principal escollo

JURA DE BATAKIS JURA DE BATAKIS

La inflación asoma como el mayor adversario que enfrentará la economía en la nueva etapa que se abrió con la designación de Silvina Batakis como ministra de Economía. El recalentamiento de precios se está produciendo, con la desaparición de valores de referencia frente a tanta incertidumbre por el rumbo que adoptará la actividad en la Argentina. Un dólar volátil; un Banco Central que sigue quemando reservas para sostener el tipo de cambio, además de emitir más pesos para que el Estado pague sus compromisos; un mercado en el que los activos siguen bajando; y una sensación general de incertidumbre son las señales que se observan en la economía nacional. La clave pasa esencialmente por revertir el deterioro de las expectativas a través de medidas que tiendan a normalizar, gradualmente, la macroeconomía. Ésta no cambió de una semana para la otra, pero la renuncia de Martín Guzmán ha sido un catalizador que aceleró aquel deterioro, advierte Jorge Vasconcelos, economista del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL).

Como se dijo, ese recambio se exteriorizó con la ampliación de la brecha cambiaria, caída de la paridad de los bonos del Tesoro, tanto los de deuda externa como interna, junto con una retracción adicional de la oferta de bienes y un incremento en el ritmo de las remarcaciones de precios, derivados de un salto de las expectativas de devaluación e inflación

“Aún antes de conocerse el recambio ministerial dicho conjunto de indicadores, anticipaban el deterioro, sobre todo después de verificarse que las metas comprometidas ante el FMI para el segundo trimestre se estaban cumpliendo con fórceps”, indica el economista. A esto se suman las dificultades para renovar la deuda pública en pesos, profundizadas durante junio, y que obligaron a la participación del Banco Central en el mercado secundario de bonos. Según Vasconcelos, reencarrilar la macro, exige, además de un soporte político del oficialismo gobernante, urgentes medidas, básicamente por el lado del gasto público, que permitan frenar este deterioro de las expectativas, y su efecto sobre la tasa de inflación, la brecha cambiaria, las reservas y las variables reales.

De acuerdo con un sondeo nacional realizado por Zuban Córdoba y Asociados, dos elementos aparecen como necesarios en la consideración de la sociedad argentina:

• No hay reformas posibles sin un liderazgo político fuerte, con equipos de alta capacidad y un programa económico correctamente informado a toda la población (la encuesta fue realizada previo al recambio ministerial).

• El segundo, y quizás más importante, es el consenso, algo que la dirigencia de todos los espacios políticos no ha logrado encauzar.

“La principal tarea de un gobierno es generar consensos sobre sus propias medidas. Un shock es una medida que necesita de consensos transversales, en la política y en la sociedad. Sin esos consensos, cualquier reforma va a nacer sin posibilidades de éxito”, señala el diagnóstico al que accedió LA GACETA.

Otro sondeo, efectuado en todo el país por CB Consultora de Opinión Pública, marca que siete de cada 10 argentinos tiene una evaluación negativa de la manera de gestionar la economía por parte de la administración del presidente Alberto Fernández y seis de cada 10 desaprueba al Gobierno. Lo peor es que casi el 66% de los consultados están convencidos de que el Poder Ejecutivo no sabe cómo resolver los problemas.

Los ruidos políticos ponen nerviosos a los inversores y causan mayores niveles de desconfianza. El clima de incertidumbre no hace más que complicar la capacidad de administrar los serios desequilibrios fiscales, monetarios y cambiarios, cuya convergencia resultan cruciales para cumplir con las metas del FMI e intentar calmar las deterioradas expectativas de los agentes económicos, dice el economista Gustavo Ber. En ese sentido, el analista del mercado puntualiza que todo eso despierta crecientes preocupaciones por la acelerada emisión, ya no sólo a modo de financiamiento monetario, sino también producto de las intervenciones en la deuda en pesos. A su vez, esta estrategia financiera requiere de crecientes esfuerzos de esterilización para evitar sumar presiones a la dinámica de la inflación y las tensiones financieras que retroalimentan el circulo vicioso.

Junio se fue con una inflación promedio del 5% mensual. Este julio que recién empieza ha llegado con una pauta mucho mayor, que puede marcar un nuevo récord de suba sostenida mensual de precios.

1- Inflación con una presión alcista

La falta de reposición de mercaderías, la escasas operaciones para recomponer el stock y la desaparición de las vidrieras de los precios de referencia anticipan un escenario inflacionario creciente para este mes, coinciden los economistas. Los precios mayoristas y minoristas aumentaron por encima del 6% en el período marzo-abril y es probable que ese escenario se repita entre julio y agosto, con mayor presión inflacionaria. De acuerdo con un relevamiento del Centro de Estudios Económicos de Orlando J. Ferreres, ), la inflación de junio fue de 5,1% y registró un crecimiento interanual de 57,4%. Así, la inflación acumulada fue de 32,2%, mientras que la núcleo acumuló 33,3% en junio. Este viernes, las consultoras privadas darán su proyección cuando el Banco Central informe el Relevamiento de Expectativas de Mercado.  

2- Emisión: la maquinita sigue caliente

El Banco Central emitió $ 1 billón, equivalente a casi 30 % de la base  monetaria, desde principios de junio último cuando inició su escalada para sostener los precios de los bonos de la deuda, que se siguen derrumbando. De acuerdo con los cálculos del mercado, el lunes, cuando Silvina Batakis asumió como ministra de Economía, el Central ordenó la impresión de $ 300.000 millones. Si no hay financiamiento genuino para cubrir el déficit fiscal, éste sólo puede ser cubierto con emisión monetaria, en un contexto en el que las expectativas llevarían a una aceleración de la huida del dinero, señalan los analistas. El rol más activo del Central, emitiendo pesos para comprar bonos del Tesoro  que han saturado la demanda del mercado, no puede ser un mecanismo permanente. Pero, en los hechos, parece que será una constante.

3- Dólares: el “blue” se desacelera, pero los financieros siguen en alza

El dólar “blue” frenó la escalada alcista y descendió cinco pesos para cerrar a $ 252 en la punta vendedora y los tipos de cambio financieros registraron un fuerte recorte del 5%, en medio de una continua incertidumbre sobre los cambios económicos. Una hora antes del cierre del mercado cambiario, el paralelo había operado a $ 267, después de tocar el lunes su récord histórico de $ 280. La brecha entre la divisa marginal y el tipo de cambio  oficial mayorista escaló hasta el 103,65%. El dólar sin impuestos avanza 47 centavos a $ 132,54 para la venta, tras registrar la mayor suba desde octubre de 2020. A su vez, entre los dólares financieros, el contado con liquidación bajó 5,7% hasta los $ 265,22, tras llegar el lunes pasado a los $285, su récord nominal histórico. En tanto, el MEP o bolsa también se redujo un 5,7% y cotizó ayer a $ 257,80.

4- Tarifas: hacia la segmentación

La ministra de Economía, Silvina Batakis, confirmó ayer que se buscará avanzar “rápidamente con la reducción de los subsidios” y agregó que hay “un avance muy importante” en el desarrollo de la plataforma digital que está detrás del formulario para determinar la segmentación de los usuarios de los servicios públicos de gas y electricidad, Según la flamante funcionaria, se mantendrá el esquema de tarifa social, a través de “un programa que tenga una protección para quien más necesita esos subsidios”. El 16 de junio pasado, el Gobierno nacional difundió el decreto 332/22 que puso en marcha el sistema de segmentación. Sin embargo, el nuevo esquema para definir las tarifas que se cobrarán los usuarios ha sufrido una serie de inconvenientes que descolocó a todo el sistema energético.

5- Reservas: ventas para mantener el dólar y pagar la energía

El Banco Central tuvo que vender ayer U$S 180 millones para atender los pagos de demanda de energía por unos U$S 150 millones, en momentos de una baja liquidación de divisas. La entidad que preside Miguel Pesce lleva vendidos cerca de U$S 450 millones en sólo tres días. En su informe provisorio, el BCRA ha informado que las reservas internacionales terminaron ayer en U$S 42.317 millones. Se trata de un monto bruto, ya que las reservas netas se ubicaron hace una semana en U$S 2.994 millones, de acuerdo con un reporte del Grupo de Estudios de la Realidad Económica y Social (Geres). El Fondo Monetario Internacional ha solicitado al Gobierno nacional que paulatinamente mejore el nivel de divisas en el Central, como una manera de mejorar la capacidad de pago de la Argentina, para hacer frente a los compromisos financieros con los organismos internacionales.

6- Commodities: malas noticias desde Chicago

El mercado de Chicago registró ayer un martes negro que impactó en el precio de los granos y que llevó, por ejemplo, el precio de la tonelada de la soja a estar por debajo de los U$S 600.  

A principios de junio, el valor de la oleaginosa había alcanzado el máximo de los últimos 10 años, superando los U$S 650 la tonelada, como consecuencia de una producción menor que la prevista y con una mayor demanda, especialmente por las alzas en los precios de la energía. Pero el contrato con vencimiento en julio para la soja cayó U$S 18,65, y terminó en U$S 579 la tonelada. En lo que va del año, las exportaciones de materias primas aportaron a la economía cerca de U$S 19.144 millones. Con el fin de la cosecha gruesa, el Gobierno nacional se expone a menores liquidaciones de agrodólares y, por ende, a ingresos más bajos para tratar de robustecer las reservas internacionales del Banco Central.

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