Cristina Fernández de Kirchner encabezó esta tarde un acto homenaje a Juan Domingo Perón que organizó el Partido Justicialista bonaerense en Ensenada. Su reaparición pública generó gran expectativa por la interna que aún se dirime en el Frente de Todos. Allí, sin nombrarlo, apuntó al presidente Alberto Fernández.
El acto tuvo lugar en el Polideportivo Municipal de Ensenada, y su lema fue: "A 48 años del fallecimiento de Perón: Argentina, política y economía".
"Me acuerdo perfecto lo que estaba haciendo cuando murió Perón. Yo estaba en La Plata, estudiando para rendir, casa vacía. Suena el teléfono, mi vieja llorando, se murió Perón", recordó Cristina Kirchner al comenzar su discurso.
Y agregó: "Cuando venía para acá, pensaba en Perón, me vine con un libro que Néstor (Kirchner) andaba todo el tiempo, el manual de Conducción política. Yo mucho no lo leía a Perón. Yo más que nada lo observaba. A los políticos hay que mirarles lo que hacen".
"Elegí unos párrafos. Persuasión con hechos, qué decía Perón, 'yo no persuadía a la gente con palabras, porque las palabras poco persuaden, yo la persuadí a la gente con hechos y con ejemplos'", leyó la vicepresidenta, en clara alusión a la interna del FDT.
Perón cazó la lapicera
"¿Cómo construye a Perón el poder?”, se pregunta la vicepresidenta. “Pide ir al departamento nacional del Trabajo. No lo conocían ni el gato. En noviembre lo transforma en la Secretaría de Trabajo y Previsión. Ahí cazó la lapicera y no la largó más", exclamó la vicepresidenta en referencia a la trayectoria de Perón dentro del Grupo de Oficiales Unidos (GOU). Y agregó: "Entró a firmar y ¿qué firmó? El estatuto del peón rural. Derechos que los peones no tenía. Se ganó el odio eterno de los terratenientes".
“Perón fue atacado porque usaba la lapicera en función del pueblo”, resaltó, en referencia a la típica frase que en varias oportunidades la vicepresidenta le exigió a Alberto Fernández que tome el mando.
Además, la vicepresidenta afirmó que el peronismo “es un movimiento nacional y popular con alegría y ganas de celebrar la vida”, y pidió un “gran acuerdo de todas las fuerzas políticas” para la recuperación salarial de los argentinos.
Sobre su encuentro con Melconian
Luego dijo que “les gusta escuchar a todos" y que si la convencen es capaz de "cambiar”, al referirse a su encuentro con el economista Carlos Melconian, con quien aseguró haber analizado “el problema bimonetario” de la economía argentina.
“No soy una apologista del déficit fiscal, pero esa no es la causa de todos los problemas. Tenemos que encontrar la solución al problema de las corridas cambiarias, que se producen por la escasez de dólares”, apuntó la vicepresidenta. Y remarcó: “la situación de Argentina es muy grave” por el endeudamiento que tiene, y aseguró que está dispuesta a “juntarse con todos porque no renuncia a convencer”.
En otro pasaje de su discurso, aseguró que “hay un deporte nacional” de hacerle decir “cosas que no dice”, y negó que esté a favor de eliminar los planes sociales.
“Hay un deporte de hacerme cosas que no digo. Después de mi discurso de Avellaneda dijeron que quería terminar con los planes sociales. Recuerden que fue nuestro gobierno el que implementó la Asignación Universal por Hijo (AUH)”, señaló Fernández de Kirchner. No obstante, consideró necesario implementar un ingreso básico universal, una propuesta del dirigente social Juan Gabois.
En la primera fila, frente al escenario, se ubicaron Máximo Kirchner y Felipe Solá, reciente incorporación del kirchnerismo. El acto tiene como anfitrión al intendente local Mario Secco y su par de Berazategui, Juan José Mussi.
También están presente el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro; el ministro de Agricultura, Julián Domínguez; el diputado del Frente de Todos, Máximo Kirchner; el gobernador bonaerense, Axel Kicillof; y la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini.