Desde que se anunció el concierto de Tini Stoessel todo fue vertiginoso. Las entradas se agotaron en un parpadeo; el furor fue tal que se agregaron dos funciones más en septiembre. Pero ayer, por fin, la “Triple T” llegó para el primer concierto de su gira “Tini Tour 2022” en el Club Central Córdoba. Y los fanáticos tiñeron de rosa las calles.
Los “tinistas” estuvieron por todos lados. La peregrinación se inició en horas de la mañana en el aeropuerto Benjamín Matienzo. Desde muuuy temprano decenas de seguidores se acercaron para esperar el arribo de la artista, que lo hizo cerca del mediodía. Con carteles de por medio, fotos, felpones y cámaras en mano, los fans la esperaron para, por lo menos, verla de lejos.
Pero eso fue el principio de todo. Una vez en suelo tucumano, Tini siguió camino hacia el hotel Hilton Garden Inn, donde se hospedó en una gran suite. Allí ya había cientos de seguidores esperándola desde las 7 de la mañana. Incluso hubo quienes la siguieron en caravana desde el aeropuerto. Una de ellas fue Milagros Amaya, que recorrió la provincia atrás de la camioneta que transportaba a la artista y a su staff.
Locura por verla
Tini llegó al hotel cerca de las dos de la tarde y los fanáticos enloquecieron. A los gritos pedían, sin cesar, verla. Y llevaron de todo: CDs para autografiar, carteles y fotos gigantes. Algunos estudiantes se escaparon del colegio, otros chicos fueron acompañados por padres y/o abuelos, e incluso algunos padres mintieron en sus trabajos para ir con los peques a esperarla.
En las inmediaciones del hotel había fanáticos de todas las edades. “Se ve mucha más gente en comparación a la vez anterior (en 2019). Es increíble que después de 10 años la gente la siga de esta manera”, dijo entusiasmada Milagros, hasta que fue interrumpida por Rocío García, que también llevaba algunas horas de espera en el hotel. “Es una locura ver que tanta gente la apoya -destacó-; hay hasta abuelos que la siguen”.
Entre canciones, aplausos y gritos pasaron las horas. Cerca de las 16 Tini dejó el hotel para dirigirse al club, a realizar la prueba de sonido. Allí otros miles de fans ya la esperaban.
Expectativas
La fila comenzaba en calle Bolívar y se extendió, desde allí, en dirección a San Luis. En San Luis hubo cola hacia ambas manos, pero la más grande rodeaba toda la manzana, hasta Lavalle y luego hacia la avenida Alem. Increíble. Pero más increíble aún es la persona que estaba al principio de toda la espera: Zulma. Ella es de Santiago del Estero y vino a Tucumán con su hija y un grupo de amigas (madres e hijas); las adolescentes iban a asistir al show. Para ello había partido de su provincia pasadas las seis y media de la mañana. Al llegar desayunaron y marcharon al club a hacer cola, hasta que fueron relevadas por Zulma horas antes, para poder cambiarse para el concierto.
El rango etario fue claro: la mayor parte del público estuvo entre los 15 y los 25 años, pero hubo de todo: muchos padres con hijos chicos o grupos de amigos +40. Al parecer, Tini es para todos. “Mi mamá vino a hacer fila a las diez de la mañana, y yo vine a las 15, porque antes estaba en el colegio”, dijo al pasar una de las jóvenes.
“Yo me sé mejor las canciones que mis hijas”, exclamó Silvina Valdez al ser consultada en la espera. “Mi hija más grande consiguió las entradas -resaltó-; venir todos juntos es divertido. Aprovechamos y cantamos todos. Vine con mis dos hijas y con mis dos sobrinos”.
En el aire se siente la euforia de los fanáticos. Quizá sea porque conseguir las entradas fue, para todos, complicado. “Nosotros nos conectamos de cinco teléfonos y tuvimos que hacer varias veces la fila virtual”, comentó Rodrigo, que se declaró fanático de la artista desde que protagonizaba “Violetta” (la telenovela que la llevó al estrellato).
“13 minutos después de que Tini subió la historia avisando que venía, entré al link. Estuvimos dos horas para conseguir las entradas”, recordó Yamila Brea Coria, que estaba en la fila con su hermana Julieta y su amiga Jazmín Beotegui. “Las tres estudiamos Abogacía; acabamos de rendir y nos vinimos”, contaron entre risas.
Dress code
Hay dos cosas que no pueden faltar -según los fans- en los shows de Tini: glitter y alguna prenda rosa. En todas las tonalidades y en todas las formas, casi la totalidad de los presentes cumplió con la premisa. “Nosotras nos pusimos de acuerdo con la ropa, incluso nos prestamos prendas. Yo le presté a una, otra a mí... Así nos organizamos”, contó Agustina Barrozo, que combinó su ropa con todo su grupo de amigas. Esa, de hecho, es una postal repetida; grupos de dos, tres, cinco o hasta 10 personas, todos combinados y “bañados” en glitter.
“A mí, ayer, mi mamá me compró esta remera para que pudiese venir”, expresó Gianella Tucci, luciendo una aprenda con la cara de Tini. Y es que sí, solos o acompañados, los fanáticos de Stoessel pensaron en todo. Por supuesto, los looks no podían quedar afuera y ocuparon un rol central.