Por Bruno Farano
27 Junio 2022
SIEMPRE CUMPLE. Diarte volvió a aportar despliegue y mucha entrega. El lateral no deja nunca en “banda” a su equipo.
La situación del equipo en la tabla y los tiempos de un torneo que no da ningún tipo de respiros, no le dejan demasiadas alternativas en cada partido a San Martín. Correr desde atrás a un Belgrano que casi todas las fechas juega antes y suma puntos, lo obliga a salir a quemar las naves desde el primer minuto. Por eso, ganar lo es todo y es lo único que a fin de cuentas podrá sostener al “Santo” en la pelea cuerpo a cuerpo por el primer puesto hasta las últimas consecuencias. Por eso el triunfo de anoche cotiza en la bolsa de valores de Wall Street.
Pablo De Muner, sus pupilos y cada uno de los hinchas que colmaron La Ciudadela en la gélida noche tucumana sabían que sumar de a tres era lo único que valía. Es cierto que cuando se juega bien el objetivo es más fácil concretar, mucho más para un equipo que valora muchísimo el cómo; pero en esta ocasión urgía ganar más que nunca. Y así fue.
Guillermo Brown había llegado a Tucumán precedido de buenos antecedentes. Si bien los números no respaldan tanto su campaña, los dirigidos por Andrés Yllana juegan realmente bien y se muestran como un equipo que intenta imponer su juego en cualquier escenario independientemente del rival que tiene enfrente.
BUENAS Y MALAS. Imbert no pudo ser tran preponderante en el juego pero puso muchas ganas mientras estuvo en cancha. LA GACETA / FOTOS DE DIEGO ARÁOZ - FRANCO VERA
Por eso, tras un inicio en el que el “Santo” quiso ponerlo contra las cuerdas, los patagónicos fueron acomodándose en el campo, hasta tomar el control de las acciones y lograron poner en aprietos a un dueño de casa que en esta ocasión debió apelar a un “plan B”.
El discutido penal que “Tino” Costa cambió por gol con una definición soberbia fue oro en polvo para un San Martín que en esta ocasión se mostró impreciso, acelerado (sin esa pausa que siempre le otorga buenos dividendos) y al que le costó demasiado imponer ese estilo que ya es una marca registrada y que lo posicionó como uno de los que mejor fútbol despliega en la categoría.
LOOK. En el segundo tiempo, De Muner se calzó un tapado debido al intenso frío.
En ningún momento la “Banda” renunció a sus principios. Incluso en desventaja, apeló a ese juego aceitado y vertiginoso para hacer replegar a un San Martín que no se siente cómodo en un rol secundario. Acostumbrado a ser amo y señor de las acciones, el “Santo” sufrió más de la cuenta tener que correr detrás de la pelota ante un visitante lúcido para trasladar la bola de un lado hacia el otro.
Por eso De Muner tomó nota de la situación y “movió” el banco con el objetivo de copar el mediocampo. Pero la jugada tampoco resultó efectiva porque la pelota siguió siendo propiedad casi exclusiva del visitante.
El remate de Martín Rolle que rozó el poste izquierdo de Darío Sand, cuando al duelo le quedaban un puñado de minutos, casi paralizó los corazones de los fanáticos que explotaron cuando Lucas Comesaña pitó el final.
El momento y los resultados que se habían registrado hasta acá en la fecha exigían un triunfo. Y eso es lo que se rescata, para recuperar el buen juego ya habrá tiempo.
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