Cada uno a su modo, dirigentes del oficialismo tucumano ya han manifestado su respaldo a un eventual “enroque” para las elecciones de 2023. La hipótesis de que Osvaldo Jaldo sea candidato a gobernador acompañado de Juan Manzur como su vice se afianza dentro del peronismo cada semana, incluso ya con pintadas y declaraciones explícitas. Los que hace pocos meses eran apenas anhelos y trascendidos ganan mayor impulso a la hora de pensar en una fórmula que aglutine a los justicialistas y garantice la unidad, teniendo en cuenta que la turbulencia interna de 2021 dejó desconfianzas marcadas como cicatrices.
Al margen de los deseos, hay varias cuestiones que en el oficialismo se deben resolver previamente en un plazo no tan lejano, dado que el propio justicialismo impulsa ante la Justicia el adelantamiento de los comicios locales para el 4 de junio. Y todas esas situaciones se entrelazan en un único nombre: Manzur. El principal enigma es saber si el actual jefe de Gabinete aspirará a integrar una fórmula nacional para 2023 a pesar de lo inestable del escenario actual; si retornará a la liga comarcana para asegurarse de que el tranqueño retenga la Casa de Gobierno; o si, directamente, pretenderá especular con ambas a la vez dado que ambos comicios correrán con calendarios paralelos.
Salvo que el gobernador en uso de licencia apueste únicamente por sostener su estadía en Buenos Aires, para los otros dos escenarios se abre otro interrogante: ¿puede Manzur protagonizar una fórmula invertida con Jaldo? Dicha respuesta no halla una única respuesta. El actual funcionario nacional deberá indefectiblemente consultar ante la Justicia si su nombre puede o no imprimirse en las boletas para acompañar al tranqueño, quien corre actualmente con las mejores chances para sucederlo.
¿Por qué no es posible determinar si legalmente puede ser una realidad la fórmula Jaldo-Manzur? Ocurre que la Constitución provincial es muy explícita -en su artículo 90- en que un vicegobernador puede ser candidato a gobernador aun cuando hubiese completado dos periodos consecutivos como tal, pero nada dice puntualmente sobre si el gobernador puede ser vice luego de dos periodos consecutivos, tal como lo desglosó Juan Manuel Asis en su columna dominical titulada “La decisión de Jaldo que apura a Manzur a definirse”.
Dos abogadas constitucionalistas respondieron a la convocatoria de LA GACETA respecto a este interrogante y tuvieron miradas dispares sobre si sería legal una eventual fórmula invertida en el justicialismo. Por un lado, la doctora en Derecho Constitucional (Erlangen- Nuremberg, Alemania) y titular de Derecho Constitucional (USPT), Daniela López Testa, consideró que -técnicamente- la Carta Magna habilita la inversión de la fórmula en el oficialismo y se apoya en el artículo 90. “En tal disposición no se encuentra prohibida esa posibilidad y el principio de la legalidad -uno de los más importantes de la constituciones liberales- dispone que todo lo que no está prohibido está permitido”, reflexionó.
En contrapartida, la profesora titular de Derecho Constitucional de la UNT, Carmen Fontán, tuvo otra interpretación respecto al artículo en cuestión y consideró que: “la interpretación de la norma es clara: Manzur agotó sus posibilidades reeleccionistas. Jaldo puede ir por dos gobernaciones más”. Además, planteó que la Corte ya fijó su doctrina judicial en su sentencia N°1.963 del 20 de diciembre de 2017.