Benito Carlos Garzón
Abogado/Constitucionalista
Antes de ingresar al desarrollo del tema señalaremos algo que pertenece al patrimonio colectivo de Tucumán y que tiene por fin señalar que, de lo que se trata, es de un bien que pertenece a todos los que viven en ese gran escenario que se denomina el Gran Tucumán.
¿Quién de todos nosotros, mientras salimos a nuestros trabajos diarios, no le echa una hojeada a la banda lustrosa que acarician los primeros rayos del sol mañanero y que, desde el Oeste, cubre nuestro horizonte? A veces, flecos de nubes o sombras sin origen son señales del tiempo que traerá el día.
San Javier es de este modo la primera señal del día que viviremos, con sol, con nubes o lloviznas. Es, aunque no lo tengamos en cuenta, nuestro primer saludo a la vida diaria, al resto nuestras preocupaciones para afrontar el trajín de nuestro diario vivir. La tenemos tan cerca que se ha mimetizado con el cotidiano hacer y por ello no la tenemos como lo que es: el augurio del día, si será nublado o lleno de sol o dudoso, para quienes saben leer sus mensajes como los pájaros leen sus señales.
Responsabilidades
Ese cordón verde que se extiende a todo el Oeste de nuestra urbe, señores lectores, corre serio peligro de dejar de ser nuestro protector de los rigores del verano o las crueldades de los inviernos. Sí, corre peligro. Nadie se lo llevará, pero puede dejar de ser el seno materno de los pájaros, las flores y las frondas húmedas y perfumadas .
Resulta claro que le caben responsabilidades tanto a la mayor propietaria, o sea la Universidad Nacional de Tucumán (casi 15.000 ha) como al Gobierno provincial, las municipalidades y las comunas rurales cercanas a la sierra. Estas responsabilidades se encuentran diluidas y carecen de una dirección conjunta y un verdadero programa de protección de toda el área, que es lo que proponemos, atento a los problemas existentes, que se tratan por separado y que hasta este momento no han sido atendidos en forma eficaz para el fin propuesto.
Ni la Universidad ni el Gobierno provincial pueden por sí solos proteger la Sierra de San Javier, por lo que hemos propuesto un organismo integrado por la UNT y el Gobierno a fin de crear nuevos mecanismos de tutela, trabajando de manera conjunta conforme proponemos.
Para ello se requiere voluntad de ambos integrantes, que pueden fácilmente comprometerse a tareas de contención de lo que consideramos un deterioro permanente de una banda boscosa del Aconquija pero que es el reaseguro del medio ambiente del Gran Tucumán.
El marco jurídico
El instrumento legal con el cual puede ejercitarse un plan de preservación de la Sierra de San Javier puede ser un convenio entre los factores intervinientes, para lo cual un convenio de cooperación mutua, que ya existe, puede ser invocado como medio eficaz de reparto de responsabilidades y deberes tendientes a un mismo fin. Este convenio de colaboración fue suscripto en 2008 y es el marco jurídico idóneo para un fin de interés público que es la protección adecuada para un bien que es esencial para el medio ambiente.
Es importante llamar a una toma de conciencia de un área esencial para la vida de los tucumanos y de su creciente deterioro y que existe la posibilidad de tareas conjuntas entre los responsables. Representantes técnicos de la UNT y del Gobierno pueden avanzar sobre los ítems específicos y el amplio espectro de acciones que pueden traducirse no solo en la preservación de la sierra sino sobre el abanico de posibilidades de ampliar el radio de actuación actual en materia deportiva, turismo y recreación, seguridad en las caminerías, profundizar la actividad del Parque Biologico y otras actividades que pueden emprenderse sin producir daño ambiental y por el contrario hermanar la necesaria relación de la población tucumana con su generoso hábitat, posibilidad con que cuentan muy pocas ciudades del país.
La UNT ha suscripto varios convenios con el Gobierno provincial y otras instituciones y gobiernos, pero este que proponemos tiene un alcance mayor. Hay profundos estudios de toda la realidad económica, social, educacional, de transporte, geológicos y medioambientales. Estudios efectuados por técnicos de la Facultad de Arquitectura y financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo; estudios que nadie quiso imprimir, en el Programa D.A.M.I. (Desarrollo de Áreas Metropolitanas del Interior del país). Es decir, están los estudios necesarios que a lo sumo podrán actiualizarse.
Recuperar el espíritu
Prometimos señalar el modo, a nuestro entender, en que en la actualidad y en un futuro inmediato la UNT podría recuperar su espíritu original, según las exigencias de los tiempos modernos que viven Tucumán y el Norte argentino. Ya hemos escrito (en LA GACETA, 25/04) sobre los problemas de la Sierra de San Javier y la responsabilidad que les cabe tanto a la UNT como al Gobierno.
Sin que la nómina sea exhaustiva, señalaremos algunas de las causas del deterioro de la sierra que es menester abordar, por la autoridad competente, para evitar daños que pueden ser irreparables . I) La avidez inmobiliaria que lleva a que las empresas constructoras sigan construyendo barrios privados sin estudios de impacto ambiental y ocasionando desmontes y tala de bosques nativos. II) Una explotación de áridos sin los controles suficientes para no dañar los cauces naturales. III) Usurpaciones y ocupaciones ilegales, algunas de las cuales motivaron acciones legales cuya corrección lleva años. IV) Insuficiencia de caminos y de controles para prácticas de montain bike, que destruyen la flora natural .V) Insuficiencia de controles para la protección de la sierra, con guardaparques sin efectividad y la necesidad de contar con guardias o policías rurales que puedan desempeñarse rápidamente en el control de usurpaciones y ocupaciones ilegales . VI) Notoria falta de elementos, materiales y de tutela de la comuna de San Javier.
Para poder ejercitar los controles de los ítems citados se requiere una acción conjunta tanto de la UNT como del Gobierno provincial, las intendencias y las comunas rurales. Este es el tema fundamental que requiere voluntad conjunta de todos los factores intervinientes y en un marco jurídico que señalamos como previo a toda política de gestión protectora de un bien colectivo de toda el área del Gran Tucumán.