Los acusados de incendiar la casilla de Diego Escobar y provocarle la muerte a este joven de 24 años fueron condenados a prisión esta mañana.
Luis Alberto "Vikingo" Barboza y su hijo, Antonio "Tony" Barboza (19), recibieron penas de prisión perpetua; y Roque Álvarez (19), a 10 años de cárcel, como partícipe secundario. Fueron condenados por el delito calificado como homicidio doblemente agravado, por ser cometido con un medio idóneo para causar un peligro común y por ensañamiento.
En la última audiencia de juicio, los imputados y la madre de la víctima expresaron sus palabras. Luego, el tribunal pasó a deliberar, para regresar al mediodía, dando a conocer las sentencias condenatorias.
“A lo largo del debate quedó totalmente acreditada la participación de los acusados y los roles que tuvieron en este cruento hecho. Actuaron de una manera dirigida a terminar con la vida de Diego, producto de un accionar cruel y violento", señaló, en sus alegatos finales, el auxiliar de fiscal Juan Pablo Godoy, quien intervino en el juicio con el prosecretario Alejandro López Isla y el equipo de la Unidad Fiscal de Homicidios II, que dirige el fiscal Carlos Sale.
La Fiscalía sostuvo que el homicidio ocurrió el 13 de abril de 2021, entre las 21:30 y 22:30, aproximadamente, en intersección de calle William Bliss y Canal Sur, en el asentamiento conocido como Ampliación Miguel Lillo, cuando Diego Jesús Escobar se encontraba en el interior de su casa prefabricada de madera, los Barboza y Álvarez, quienes mantenían una rivalidad de vieja data con la familia Escobar, se dirigieron al domicilio mencionado.
Antonio Barboza portaba un arma de fuego tipo revólver calibre 22, mientras que Álvarez llevaba un arma de fuego tipo pistola cromada. Al llegar al lugar en tono amenazante, Luis Alberto Barboza ordenó a su hijo que busque un bidón de nafta, pocos minutos después regresó “Tony”, ingresaron a la precaria casilla de madera y comenzaron a verter nafta en el interior de la misma, para luego prender un papel y generar el incendio con claras intenciones de provocar la muerte a Escobar, consumiéndose en cuestión de minutos la casilla de madera, asegurándose así ocultar todo rastro posible y lograr su impunidad, para luego darse a la fuga una vez cometido el hecho. Como consecuencia, se produjo el fallecimiento de la víctima, quedando su cadáver en estado de completa carbonización.