Los curas de la Pastoral de Adicciones de la Arquidiócesis de Tucumán reclaman al Estado un urgente abordaje del polifacético “mal de la droga que se ha instalado de manera crónica en nuestra sociedad”.
En un duro mensaje a la comunidad, los sacerdotes tucumanos que viven y trabajan en los barrios populares de la provincia advierten sobre el notorio crecimiento del tráfico y consumo de drogas entre los más jóvenes.
"Lamentamos grandemente tener que reconocer que hoy toda la dinámica local del circuito de la droga parece ser parte constitutiva del paisaje barrial y de su cotidianeidad. Las familias de los barrios más pobres, en particular las madres y abuelas, no encuentran ya los criterios de contención, guía y crianza de sus hijos y nietos”, comunican los curas.
Y continúan: “Notamos que la amarga resignación y el acostumbramiento dominan a poblaciones enteras. Porque en medio de la realidad históricamente dolorosa de la pobreza y la marginalidad, desde hace tiempo se ha introducido impunemente la dinámica destructiva de la distribución, venta y consumo de drogas, y esto pareciera invencible”.
Advierten que la pandemia golpeó especialmente a los más pobres y ante la falta de trabajo “la venta de drogas ofrece a algunos vecinos el acceso rápido a sumas de dinero que ni trabajando por meses de modo formal y bien remunerado lograrían obtener”.
“Se ha vuelto alarmante la captación de niños y adolescentes para el funcionamiento de este comercio, generando así una cruel explotación infantil para fines delictivos. Nos duele ver niños de madres adictas que nacen con el síndrome de abstinencia y ya con graves problemas de salud que difícilmente se podrán sanar”, describen los sacerdotes.
“¡Cuánta necesidad de un mayor control y lucha contra el narcotráfico! ¡Cuánto nos falta para afrontar integralmente esta devastadora epidemia como sociedad! De no hacerlo, estaríamos tolerando o pactando con el tráfico y el consumo de drogas", manifiestan.
Los curas piden a las autoridades de los tres poderes del estado, a los profesionales y a toda la comunidad “no mirar para otro lado o callar desde la indiferencia”.
“Es urgente garantizar el acceso a los derechos básicos, especialmente de los más vulnerables; que se busquen y encuentren modos de abordar este polifacético mal que va empezando a hacerse crónico. Deseamos también hacernos eco del reciente pedido de numerosas organizaciones sociales de nuestra provincia que se reunieron para reclamar la implementación de las medidas necesarias para cumplir con la declaración de la emergencia en salud mental y adicciones”, reclaman.