Según imágenes e información que publicaron medios internacionales y locales, como Austin American-Statesman y el canal local KVUE-TV, el día que ocurrió la masacre en la escuela de Uvalde (Texas) que dejó un saldo de 21 fallecidos, la policía había llegado al lugar un tiempo antes y con armas más potentes de lo que se había informado.
Es por ello que los agentes fueron acusados de haber actuado demasiado tarde para detener al joven de 18 años que provocó el tiroteo. Si bien la policía local aún no se manifestó por las imágenes reveladas, la documentación muestra que el atacante irrumpió en el colegio a las 11:33, mientras que 11 policías habían llegado a los tres minutos y que un agente con un escudo antibalas ya estaba en el edificio a las 11:52. Además, los nuevos informes muestran que Arredondo (jefe de policía) también trató de hablar con el pistolero y que le preguntó si podía escucharlo.
Finalmente, a las 12:50 lograron abatir al atacante y los investigadores dicen que los mensajes de los niños no se transmitieron a los efectivos desplegados en el tiroteo, quienes supuestamente esperaron a que llegara más potencia de fuego antes de enfrentarse al asesino.
Según las autoridades, los agentes pensaron erróneamente que el atacante estaba contenido y mantuvieron sus posiciones incluso después de que se escucharan más disparos desde el interior de la clase. La policía también esperó a que llegara una llave maestra para poder abrir las puertas de las aulas, a pesar de que no se sabía con exactitud si las puertas estaban cerradas con llave, incluso afirman que contaban con herramientas disponibles para derribar las puertas.
Según indica el mismo medio local, la supuesta demora policial en la respuesta al ataque fue la causa para que se abran varias investigaciones a nivel estatal y federal.
Por su parte, el jefe de seguridad pública de Texas, Steven McCraw, aseguró que había suficientes policías en la escena del tiroteo como para detener al atacante tres minutos después de que ingresara al edificio, y dijo que la respuesta de la policía fue un “lamentable fracaso”. “Los agentes tenían armas, los niños no tenían ninguna. Los agentes tenían chalecos antibalas, los niños no tenían ninguno. Los agentes tenían entrenamiento, el sujeto no lo tenía”, manifestó, cuestionando el accionar de la policía.
“Tres minutos después de que el sujeto ingresara al edificio, había una cantidad suficiente de agentes armados con chalecos antibalas para aislar, distraer y neutralizar al sujeto”, finalizó.