En la investigación del hallazgo de un cuerpo en El Timbó hay una sola certeza: el joven de entre 20 y 30 años, que hasta el cierre de esta edición no había sido identificado, fue víctima de un crimen con tinte mafioso. Los investigadores están realizando diferentes averiguaciones para tratar de identificar el cuerpo con el fin de avanzar en la pesquisa de un caso que está cubierto por un manto de misterio.
El lunes por la tarde, dos lugareños que caminaban por la ruta 312 encontraron un cadáver en la vera del camino. Avisaron a la comisaría de la zona. Por orden del fiscal Carlos Sale, al lugar arribaron los hombres de la división Homicidios, al mando de los comisarios Juana Estequiño, Diego Bernachi y Jorge Dib y los del Equipo Científico de Investigación Fiscal que realizaron las primeras medidas y solicitaron que se le haga la autopsia para determinar las razones de la muerte. También estimaron que el deceso se había registrado entre 24 y 72 horas antes del hallazgo, pero ese dato no sería tan exacto por las condiciones climáticas de los últimos días. El frío retrasa la descomposición de los cuerpos, uno de los elementos con los que cuentan los especialistas para realizar este estudio.
Resultado clave
Ayer, el fiscal recibió el informe de los médicos forenses. El joven había sido ultimado de un disparo en el ojo izquierdo realizado a corta distancia. También determinaron que la víctima podría haber sido torturada antes de ser asesinada, ya que tenía cortes realizados con un cuchillo en diferentes partes de su cuerpo, aunque ninguno de ellos era de gravedad.
Tanto por la escena del hallazgo como por el informe forense surgieron indicios de que los autores realizaron maniobras para desviar la investigación. El cuerpo fue tapado con el parabrisas de un vehículo para que -según los investigadores- se pensara que había sido arrollado por un auto. A esa maniobra se agregó otra: intentaron borrarle las huellas dactilares de sus manos para que no fuera identificado por las autoridades.
La pesquisa está demorada porque no se pudo identificar a la víctima y ninguna persona reclamó por la ausencia de un ser querido. Ese es un paso clave para tratar de establecer cuál fue el móvil del crimen. Hasta aquí los investigadores manejan dos hipótesis: podría tratarse de un nuevo caso de la mal llamada “justicia por mano propia” o un ajuste de cuentas que, por la violencia ejercida por los autores, podría estar vinculada a cuestiones de droga.
En principio, el desconocido fue ultimado en ese lugar y no trasladado, como se había especulado. Pero no sería residente de la zona porque en las dependencias policiales de El Timbó no hay denuncia sobre la desaparición de personas.
Los autores del crimen sabían que el lugar elegido ayudaría a lograr la impunidad. Se trata de una ruta que une El Timbó con El Cadillal. Es transitada hasta el kartódromo que está a la vera de la ruta, pero el homicidio se registró pasando ese lugar.
Se trata de una zona donde casi no hay viviendas y que está cubierta por el monte característico de la zona. Los investigadores tratan de conseguir testimonios que ayuden a esclarecer el misterioso caso.