Cartas de lectores II: La pobreza, según Brochero

18 Junio 2022

Las calles nos proporcionan, un invierno tras otro, la estampa desoladora que hace urgente un compromiso social y gubernamental. El frío serpentea sobre los que no comen bien, no tienen abrigos, no tienen agua caliente. Creo más en la solidaridad de la gente, que brinda lo que puede a cambio de nada, que en los extorsivos  programas de gobierno. Contra esta “cultura del descarte” _encíclica “Fratelli Tutti”_, quisiera referir una anécdota del curita Brochero, el primer santo que nació, vivió y murió en la Argentina. Él solía ir, para su cumpleaños, a su pueblo natal Santa Rosa y salía a pedir a los comerciantes y vecinos para darles a los pobres. Una de esas veces le entrega al almacenero 10 pesos y una lista de las personas a las que debía hacer llegar alimentos. El almacenero le retruca que uno de ellos era borracho. A lo que Brochero responde que es un hombre pobre y que “…no se va a chupar con los fideos”. Para él no había buenos ni malos, sólo había almas para salvar. En contra de nuestros prejuicios estructurales, que a veces logran  que nuestra generosidad se amortigüe en interrogantes y en categorías descalificadoras hacia vidas azotadas por la miseria. Este curita Brochero sí que comprendía aquello de que Dios “hace salir el sol sobre buenos y malos y llover sobre justos e injustos.” Solamente porque fue bueno, como retrata Machado en su poema: “en el buen sentido de la palabra bueno”.

Graciela Jatib

gracielajatib@gmail.com

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