Carolina Vargas Aignasse: "El poder puede ser adictivo; y uno debe tener la inteligencia para saber que no es la vida"
"El poder puede ser bastante adictivo, en el sentido de que a veces uno entra y no puede salir. Y eso es un error. Uno debe tener la suficiente inteligencia emocional para saber que eso no es la vida; y uno debe tratar de tener una vida equilibrada". Así lo manifestó la ministra de Gobierno y Justicia de la provincia, Carolina Vargas Aignasse, durante una entrevista que concedió al periodista Federico van Mameren, que se dio durante el programa "Panorama Tucumano", nave insignia de LGPlay.
La funcionaria, elegida por el gobernador -en uso de licencia mientras se desempeña como jefe de Gabinete de la Nación-, Juan Manzur, para que integre el gabinete provincial, y ratificada en los hechos por el vicegobernador -a cargo del Poder Ejecutivo-, Osvaldo Jaldo-, habló de todo.
Tomando como punto de partida las preguntas guía que le formuló Van Mameren, Vargas Aignasse admitió que las internas preocupan, en la medida de que pueden molestar la gestión. Comparó las gestiones de Manzur y de Jaldo al frente del Gobierno. Pronunció algunos planteos polémicos, como que un período de cuatro años resulta insuficiente para poder desarrollar una política de gobierno. Contó por qué se inició en la cosa pública, y admitió que quiere ser intendenta de San Miguel de Tucumán. En ese marco, criticó al actual jefe municipal de la Capital, Germán Alfaro.
Estas fueron algunas de las declaraciones que emitió durante la entrevista.
"Hay un panorama convulsionado; tanto a nivel nacional como provincial. Es nuestra preocupación cotidiana, porque lógicamente la gestión se ve afectada por la política, por las internas. Las internas forman parte del proceso democrático lógico, natural; y en el caso de la contienda electoral, permiten que quede claro el blanco sobre negro; pero el problema es cuando las internas afectan la gestión".
"A la gestión le quedan pocos meses, tenemos un año hacia adelante, hablando del próximo período electoral de Tucumán. Un período de cuatro años para un programa de Gobierno es poco tiempo para poder ejecutar políticas que tengan su resultado; porque con un resultado uno puede monitorear si una política es buena o mala. Dos períodos es un plazo razonable; ocho años es un buen período para que se pueda plasmar una gestión de Gobierno".
Sobre las diferencias entre Manzur y Jaldo. "Se trata de dos gestiones, de dos personalidades diferentes. Hay muchas diferencias; cada uno trae a la gestión su historia, su militancia, su visión. Cuando a Manzur le tocó gobernar lo hizo en un contexto, y a Jaldo le toca otro contexto. Y no hace falta elegir; yo valoro las mejores cosas de cada una de las gestiones de las que tengo el honor de participar, porque uno aprende mucho. Manzur tiene una mirada estrategia nacional, internacional, una manera trabajar; tiene mucho menos injerencia en cuanto a gestión: él encomendaba un objetivo, y cada persona ejecutaba según lo que le parecía conveniente. Y uno se enteraba si estaba bien o mal con el resultado. Jaldo está mucho más en los detalles, en el manejo de cada uno de los temas. Y en este momento, saliendo de la pandemia, a Jaldo le toca estar frente de múltiples conflictos. Y en lo que respecta a la gestión, Jaldo no se baja ni un minuto del ring, en función de resolver los problemas. Por mi personalidad, soy más afín a la forma de gestión de Jaldo. Manzur tiene una gran virtud, su temperamento: no se enoja nunca. Lo habré visto enojado una o dos veces".
"La interna se superó, felizmente. Yo fui una de las personas que trabajó para que se supere".
"Empece en política tal vez por un mandato familiar. He crecido en una casa en la cual la política era el pan de todos los días. Y mi casa siempre tuvo las puertas abiertas para todo el mundo; iban muchos dirigentes. Entonces, cuando tuve que definir mi vocación ya tenía el camino marcado; pero en algún punto me di cuenta de que eso me pesaba".
"El poder puede ser bastante adictivo, en el sentido de que a veces uno entra y no puede salir. Y es un error. Uno debe tener la suficiente inteligencia emocional para saber que esto no es la vida; y que uno debe tratar de tener una vida equilibrada. Hoy tengo familia, esposo, hijos; tengo mis actividades como forma equilibrio. Porque yo aspiro a dar un paso al costado. Uno debe saber el momento en que ya no es útil, porque esto es una vocación de servicio; uno trabaja y quiere ser útil para la sociedad. El político es una persona de carne y hueso; esto tiene que ver con las pasiones humanas".
"Yo desconfío del que llega de la nada, como Javier Milei. No me gusta su forma, su ideología. En esta actividad no se puede ser irresponsable; y Milei es sumamente irresponsable. Está representando la antipolítica".