Enrique Romero, contra el Gobierno: "Convirtieron a los legisladores en un ejército de obsecuentes "

Enrique Romero, contra el Gobierno: "Convirtieron a los legisladores en un ejército de obsecuentes "

El funcionario alfarista cargó contra Jaldo, Manzur y José Alperovich.

Subsecretario de Tránsito de la Municipalidad de la Capital, Enrique Romero. Subsecretario de Tránsito de la Municipalidad de la Capital, Enrique Romero. LA GACETA / ARCHIVO.
14 Junio 2022

El subsecretario de Tránsito de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, Enrique Romero, sumó un nuevo capítulo a las tensiones entre la Intendencia que conduce Germán Alfaro y la Casa de Gobierno.

"Dieciocho años de desgobierno kirchnerista, con (José) Alperovich, (Juan) Manzur y (Osvaldo) Jaldo atornillados al sillón de Lucas Córdoba, generaron pobreza, ignorancia, adicciones, trabajo infantil, desempleo e inseguridad", sostuvo el funcionario municipal.

Romero expresó que tiene la "expectativa de que, con Alfaro, las nuevas generaciones abran los dorados pórticos de un cambio trascendental". "Que se abandone (este) océano kirchnerista que degradó nuestra república, envenenó la moral y cambió la cultura del esfuerzo por la cultura de las dádivas", pidió.

Según el dirigente alfarista, "gran parte de los tucumanos manifiesta un creciente rechazo a nuestra decadencia". "No sólo política, económica y social, sino a la cantidad de abusos, mentiras, injusticias, privilegios, impunidad y manipulación. Nos hundimos sin haber sido masivamente asesinados por pestes bíblicas. Nos hundimos por la voluntad de los Alperovich, los Jaldos y los Manzur", indicó.

Además, consideró que "Tucumán requiere de un proyecto verdaderamente progresista, contra los que prefieren el corral de la infancia pretérita. La del pater familias, el caudillo omnipotente e infalible, el servilismo a cambio de la protección, la obsecuencia en vez del mérito, una corrupción sin límites ni vergüenza, el facilismo, la ganancia fácil y mal habida, la descalificación de los adversarios, la devastación de las instituciones que garantizan la democracia, el anhelo de perpetuación, la hipocresía, el estímulo incesante del odio entre los ciudadanos".

"Alfaro representa la búsqueda de  modelos que ponen a todos bajo límites de leyes sabias, parejas y estables, que jerarquizan el trabajo por encima de las limosnas, que premian el esfuerzo y que, junto a cada derecho, ponen una obligación. Pero desde el poder, se trabaja para clausurar las rutas del pensamiento crítico, de la iniciativa individual, de la decencia y el imperio de la ley. Convirtieron a los legisladores en un ejército de obsecuentes y a muchos de los jueces y fiscales en encorvados siervos", añadió Romero.

Y dijo: "Estallan en la memoria historietas del Pato Donald (Jaldo) y su Tío Patilludo (Manzur), que gustaba zambullirse en piscinas llenas de billetes y dejaba caer sobre su cabeza una ducha con monedas de oro".

"La misión de Alfaro, es ayudar a que no nos amilanen los desafíos, sino convertirlos en emblemas del coraje. Combatir lo que está mal. Desprenderse de los beneficios de corto plazo, equivalentes a los espejitos de colores, y optar por los grandes beneficios que coronan el sostenido esfuerzo de una Provincia decidida a repechar la cuesta. El objetivo es claro: un Tucumán potente, ético y ejemplar. No dadivoso, sometido y corrupto", finalizó Romero.

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