Los principales asesores del entonces presidente Donald Trump le dijeron que sus denuncias de fraude electoral generalizado eran infundadas y no revertirían su derrota electoral, pero él se negó a escuchar, según el testimonio presentado ayer en una audiencia de la comisión que investiga los disturbios del 6 de enero de 2021 en el Capitolio de Estados Unidos.
Funcionarios que trabajaron en la campaña de Trump y en su gobierno afirmaron que le dijeron que no hallaron respaldo a una amplia gama de acusaciones surgidas tras su derrota electoral de noviembre, incluyendo informes de una “maleta sospechosa” con papeletas falsas, un camión que transportaba sufragios a Pensilvania, chips de computadora intercambiados en máquinas de votación y un proceso fraudulento en Arizona.
“Pensé, si se cree realmente estas cosas es que ha perdido el contacto, se ha despegado de la realidad”, dijo William Barr, que fue fiscal general de Trump y que durante mucho tiempo fue considerado leal al presidente republicano. En un testimonio en video, Barr desestimó sin rodeos las afirmaciones de fraude como “tonterías” y “cosas locas”, y añadió que nunca hubo, de parte de Trump, “un interés en los hechos reales”.
El comité selecto de la Cámara de Representantes, liderado por los demócratas, que investiga el asalto al Capitolio por parte de miles de simpatizantes de Trump, presentó sus conclusiones en una segunda audiencia pública este mes sobre su investigación de casi un año de los disturbios.
“Él y sus asesores más cercanos sabían que esas afirmaciones eran falsas, pero siguieron vendiéndolas de todos modos, justo hasta momentos antes de que una turba de partidarios de Trump atacara el Capitolio”, dijo la demócrata Zoe Lofgren. Trump niega haber actuado mal, e insiste en que no perdió. Además, desestima la investigación del comité selecto como “una caza de brujas” política. (Reuters)