“Uno de cada tres hombres piensa que el feminismo hace más mal que bien. Sorpresa-sorpresa”, se titula la nota en el diario británico The Guardian firmada por Arwa Mahdawi. Desde allí, la periodista expuso las cifras que difunden gobiernos y entidades no gubernamentales referidas a las mujeres que indican que, por ejemplo, en muchos países aún reciben salarios y ascensos inferiores a los hombres; se espera de ellas que se hagan cargo de las tareas domésticas y de cuidado; son víctimas de un “impuesto rosa” (es decir que pagan más por artículos de uso cotidiano comunes); están subrepresentadas en los diferentes poderes: ejecutivo, judicial y legislativo; reciben muchos menos fondos para invertir en nuevas empresas; corren un mayor riesgo de acoso sexual y violencia doméstica; tienen más probabilidades de vivir en la pobreza; y también tienen más probabilidades de ser adultos analfabetos gracias a las disparidades de género en el acceso a la educación. A pesar de esto, según la encuesta difundida por este medio británico horas antes del Día Internacional de la Mujer, “algunos hombres consideran que las mujeres tienen muchas ventajas en estos días”.
La encuesta a la que hace referencia fue realizada por la firma de investigación Ipsos, junto con el Instituto Global para el Liderazgo de la Mujer en el King's College de Londres, e involucró a más de 20.000 personas en 30 países. “Las respuestas muestran que, si bien se ha avanzado mucho en términos de actitudes hacia los derechos de las mujeres, todavía queda un largo camino por recorrer”, resume la nota.
Uno de los datos sobresalientes de la encuesta es que la mayoría de las personas en todo el mundo reconocen que existe la desigualdad de género. Solamente un 18% no lo hace y son los hombres quienes son más propensos a pensar que la desigualdad de género es una ficción (21% frente a 14%).
“Arabia Saudita, donde a las mujeres se les permitió viajar sin la aprobación de un tutor masculino recientemente, encabeza las listas cuando se trata de hombres que dicen que la desigualdad de género no existe. El 37% de los hombres en Arabia Saudita cree esto en comparación con el 30% de los hombres en Australia, el 22% de los hombres en los EE. UU., el 19% de los hombres en Gran Bretaña y el 7% de los hombres en Japón”.
Una buena noticia es que la mayoría de los hombres no ven la igualdad de género como una amenaza. “Un tercio de los hombres en los países encuestados piensa que el feminismo hace más daño que bien (32 %) y que la masculinidad tradicional está amenazada (33 %); una quinta parte de los hombres (23%) cree que el feminismo ha hecho que los hombres pierdan en términos de poder económico, político o social. Si bien esos números son incómodamente grandes, aún vale la pena consolarse con el hecho de que la mayoría de los hombres no se sienten así”, se consuela la autora de la nota. Una curiosidad que presentó el informe es la respuesta de en qué lugar en el mundo los hombres tienen “sentimientos más frágiles”. “Rusia lideró las listas. El 58 % de los hombres rusos cree que la masculinidad tradicional está amenazada, aunque vale la pena señalar que el 58 % de las mujeres rusas está de acuerdo. El 56% de los hombres rusos creen que el feminismo hace más daño que bien”.
El informe también encendió alertas. La investigación de Ipsos sugirió que Internet normalizó el comportamiento abusivo entre las generaciones más jóvenes. “La encuesta encontró que, si bien la gran mayoría de las personas consideraba que el comportamiento en línea dañino y abusivo era inaceptable, era más probable que las generaciones más jóvenes lo encontraran aceptable; tal vez porque han crecido en un mundo digital, y el uso más frecuente de Internet se asoció con ver el daño en línea como aceptable. Del mismo modo, mientras que el 78% de las personas piensa que las mujeres no deberían tener que soportar el abuso en línea, el acuerdo es menor entre los hombres y las generaciones más jóvenes.
De manera alarmante, el informe también encontró que, si bien las actitudes de culpabilización de las víctimas hacia la violencia contra las mujeres son una minoría, son más comunes entre los hombres y las generaciones más jóvenes”. Algo para pensar y ponerse a trabajar, ¿no? La preocupación crece porque para las nuevas generaciones las líneas entre la vida digital y la vida “real” son cada vez más borrosas. “Cuando normalizas el acoso en internet, lo normalizas en todas partes. Los productos nos impulsan hacia el futuro, pero parece cada vez más claro que, en lo que respecta a las relaciones de género, nos llevan al pasado”, reflexionó Arwa Mahdawi haciéndonos repensar: ¿notamos la desigualdad? ¿Qué hacemos para cambiar todo esto?