El santoral católico celebra hoy, lunes 13 de junio, a San Antonio de Padua, un sacerdote franciscano nacido en Lisboa a finales del siglo XII. Es considerado uno de los santos católicos más populares y el segundo más rápidamente canonizado (solo 352 días tras su fallecimiento).
Sus predicaciones alcanzaron sus un éxito notable y se considera que tuvo un gran conocimiento escolástico debido a la infinidad de citas bíblicas que incluyó en sus obras sobre sermones.
Entre los milagros que se le asocian está el de impedir que una tormenta cayese sobre una multitud en uno de sus sermones masivos. San Antonio de Padua habría prometido a los feligreses que no se mojarían ante el amenazante cielo. Y así fue. Cuando comenzó a llover, la tormenta cayó alrededor de ellos, permaneciendo secos las personas que estaban en el lugar.
A San Antonio de Padua suelen también llamarlo el "santo casamentero" y muchos acuden a él para pedir novio o novia. En un artículo compartido con ACI Prensa, Wellington de Almeida Alkmin, miembro de la red social de oración Hozana, dijo que si bien es verdad que San Antonio de Padua ayudó a unas muchachas humildes a obtener una dote y el ajuar de su boda, su espíritu misionero va mucho más allá de este atributo. "Su vida es un testimonio latente del discipulado de Cristo a través de la predicación”, resaltó el investigador.
El santo inició su servicio desde lo más sencillo: fue un trabajador de la cocina encargado de dar pan a los pobres. Según recordó Wellington, una vez San Antonio “puso a los frailes en aprietos luego de repartir todo el pan que les quedaba para comer”. Si bien el fraile panadero observó su accionar, de forma milagrosa, las cestas volvieron a estar llenas de pan otra vez.
Wellington también recordó que San Antonio de Padua también alienta a pensar que la verdadera riqueza es la del corazón y el verdadero tesoro no está en la tierra, sino en el cielo. “Oh ricos, haceos amigos de los pobres. Acogedlos en vuestras casas: serán los pobres, para daros la bienvenida a los tabernáculos eternos, donde existe la belleza de la paz, la confianza de la seguridad y la opulenta quietud de la saciedad eterna”, solía decir el santo.
Oración infalible a San Antonio de Padua
"Oh bendito San Antonio, él más gentil de todos los santos, tu amor por Dios y tu caridad por sus criaturas te hicieron merecedor, cuando estabas aquí en la tierra, de poseer poderes milagrosos. Los milagros esperaban tu palabra, que tu estabas siempre dispuesto a hablar por aquellos con problemas o ansiedades. Animado por este pensamiento, te imploro obtengas para mí…(menciona tu petición). La respuesta a mi rezo puede que requiera un milagro, pero aun así tú eres el santo de los milagros".