La escasez de gasoil sigue generando dolores de cabeza y aunque en las últimas horas el gobernador Osvaldo Jaldo haya manifestado con optimismo que “la oferta se va acercando paulatinamente a la demanda”, en el campo los productores divisan un panorama sombrío en medio de la cosecha de maíz. “No hay garantías de nada, lo único que tenemos es una incertidumbre”, manifestó un empresario del sector a este medio.
En algunos lotes tempranos del noroeste argentino el periodo de cosecha de este grano ya comenzó y se espera que en los próximos 10 o 15 días se inicie un proceso de mayor escala, pero el abastecimiento de combustible jugará un rol trascendental en este aspecto. De acuerdo a las estimaciones de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), solo en Tucumán hay 97.810 hectáreas cultivadas con maíz para esta campaña.
Consultado por esta situación, el presidente de la Asociación de Productores Agrícolas y Ganaderos del Norte Argentino (Apronor), Augusto Battig, precisó que la faltante de este insumo trascendental para las actividades rurales puede influir en la pérdida de calidad de la materia prima porque con el paso de los días el grano de maíz puede empezar a ser atacado por hongos. Pero, sobre todo, el productor se vería imposibilitado de poder cumplir los contratos de entrega. “Con el cumplimiento de esos contratos uno paga los cheques que tiene comprometidos con insumos y ante la demora en los cobros quedamos imposibilitados de cumplir con compromisos financieros”, explicó a LA GACETA.
Ante esta problemática que se viene manifestando hace semanas y todavía carece de soluciones definitivas, Battig sostuvo que los productores “están buscando gasoil de donde sea para seguir trabajando” y detalló que el poco combustible que se encuentra se comercializa entre $ 200 y $ 220 por litro.
“Los productores que pudieron acopiar gasoil hace tiempo hoy pudieron arrancar la campaña, pero no sabemos qué puede pasar en unos días. En el campo uno necesita mucho combustible para desarrollar la campaña y cuando uno ve que está por quedarse sin combustible en el frente de cosecha pide más. El problema ahora es que no sabemos cuándo llegará”, relató.
Entre las complicaciones que trae aparejada la falta de gasoil, el titular de Apronor también expuso las dificultades que esto provoca en la logística porque complica el traslado de las semillas hasta el puerto. “Al no tener garantizado un normal abastecimiento los transportistas no se animan a venir para llevarse la producción porque temen tener que esperar días para volver o quedarse varados en las rutas”, sentenció.
El NOA, en aprietos
Las problemáticas que afrontan los productores de Tucumán no difieren en demasía a lo que padecen los ruralistas de Salta. “No imaginábamos tanto nivel de improvisación y desconsideración por parte del Gobierno. Hace dos meses estamos sufriendo con este problema”, manifestó Lisandro de los Ríos, gerente de la asociación Prograno.
El dirigente de la provincia vecina calificó de “compleja” la situación porque “no tiene visos de solución en el corto plazo”. “La falta de gasoil está provocando demoras en un año donde no nos acompañó el clima. Las lluvias llegaron un mes y medio tarde, entonces no se espera un buen año agrícola, pero las condiciones climáticas son parte de los riesgos naturales con los que corremos en el sector”, puntualizó.
Además de coincidir con Battig sobre las complicaciones que esta situación provocó en la cadena de pago de los productores, De los Ríos hizo hincapié especial en la realidad que atraviesan los transportistas. “Con los transportistas somos parte de una misma cadena y ellos no pueden trabajar con este escenario y nos llama la atención que el gremio de camioneros y la familia Moyano no pida soluciones para sus representados”, agregó.
Finalmente, el referente también precisó que estos inconvenientes en la logística representan una dificultad importante para una provincia que llega a producir más de un millón y medio de toneladas de maíz y no tiene capacidad de acopio.