A 350 kilómetros de la capital tucumana se encuentran los paisajes únicos que conforman los colores de los valles y las montañas, y un sinfín de aromas y sabores que hacen de La Rioja un destino ideal para vacacionar en la época invernal.
Allí se puede conocer la historia del mundo, a través de los vestigios de los primeros dinosaurios y sentir de cerca el vuelo del cóndor andino. Además de degustar los mejores varietales del enoturismo. A 30 km de la capital se encuentra Sanagasta, una villa veraniega que alberga un importante reservorio de la anidada de los grandes saurios que habitaron la región. Estos pueden verse a escala real en un recorrido por el Parque Geológico, donde se hallaron fósiles de entre 65 a 95 millones de años.
La capital riojana ofrece una gran variedad de opciones de hotelería. La ciudad es una de las más antiguas del país por lo que en su paisaje urbano sobresalen el estilo neocolonial y las construcciones de principios del siglo XX. A muy pocos kilómetros del casco céntrico, se encuentra el Dique de Los Sauces, un espejo de agua apto para el deporte y la recreación. También está el Cerro de La Cruz, que es un punto panorámico ubicado a 1.680 msnm, donde se pueden realizar escalada, rappel, tirolesa y cabalgatas, además de contar con una pista de parapente y aladeltismo.
Ya por la ruta principal 75, hacia el norte y en paralelo a las Sierras de Velasco, se ubica Castro Barros, donde se instalan las primeras bodegas riojanas. Tienen vinos industrializados, artesanales o de autor que conquistaron los mercados nacionales e internacionales debido por su diferencial de ser cosechados entre los 1.400 y los 1.700 msnm.
También, se puede visitar iglesias centenarias y el Castillo de Dionisio. El recorrido costero ofrece cabalgatas, trekking en la montaña, así como propuestas culturales y fiestas típicas, guitarreadas por las noches y mercados en los que se comercializan dulces, quesos y tapices.
En Santa Teresita, un oasis de aguas termales ofrece sus propiedades curativas, con aguas dulces y un microclima con temperaturas de hasta 42º. Más adelante se puede practicar carrovelismo y kitebuggy en Vientos del Señor.
Dejando la ruta 60 e ingresando al tramo de la mítica 40 por suelo riojano, se llega a San Blas de los Sauces donde está el sitio arqueológico de Hualco, una ciudad de piedra construida hace más de mil años. Una parada obligada es el pequeño poblado de Chañarmuyo para conocer la producción de grapa desde los alambiques y degustar de los mejores productos regionales.
El Cristo de El Portezuelo, el monumento histórico nacional del Cable Carril y muy cerca el mayor y más importante cactario de Sudamérica con especies de diferentes partes del mundo, son una muestra de la versatilidad de paisajes, recursos culturales e históricos de la provincia. La Ruta 40 pasa por pequeños caseríos entre ellos Tambillos, Las Trancas o “Puesto Siciliano” y Puerto Alegre.
El Parque Nacional Talampaya, donde 250 millones de años dejaron en la superficie monumentos que atesoran el inicio de la vida, imponentes cañadones de rectos y altos paredones dejan al descubierto imágenes sorprendentes como El Monje, Rey Mago, La Torre y otras figuras. Declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad y séptima Maravilla Natural de Argentina, resguarda grabados realizados por hombres que habitaron la región miles de años atrás.
Todo esto convierte a La Rioja en una opción digna de ser elegible durante todo el año.