El movimiento y marcha de Ni Una Menos que empezó como un grito de auxilio porque a las mujeres “nos estaban matando”, surgió de manera espontánea y se sumaron miles de voces. En la primera marcha del 3 de junio de 2015 y en las subsiguientes, varones, mujeres y familias caminaron juntos bajo la misma consigna: “basta de femicidios”.
Fue un movimiento único que surgió de la bronca, impotencia y desesperación por saber que, aproximadamente, cada día en Argentina muere una mujer víctima de la violencia machista. Al tener ese nombre, “machista”, muchos piensan que las mujeres culpan a los varones cuando, en realidad, lo que se cuestiona y se quiere modificar es la educación “patriarcal” que todos recibimos.
“Según la OMS, el 35% de las mujeres de todo el mundo ha sufrido violencia física y/o sexual por parte de un compañero sentimental o violencia sexual por parte de otra persona distinta a su compañero sentimental en algún momento de sus vidas (estas cifras no incluyen el acoso sexual). Sin embargo, algunos estudios demuestran que hasta el 70% de las mujeres ha experimentado violencia física y/o sexual por parte de un compañero sentimental durante su vida. Estas mujeres presentan tasas más altas de depresión y más posibilidades de tener un aborto o de contraer VIH que las que no han experimentado este tipo de violencia”, explica la licenciada en Ciencia Política, María Florencia Freijo, en su libro (Mal) Educadas (Ed. Planeta, 2020).
“La violencia de género es el factor de riesgo más grande que tenemos. (…) En la mayoría de los países donde existen datos, menos del 40% de las mujeres que sufren violencia buscan algún tipo de ayuda. Entre las mujeres que lo hacen, la mayoría recurre a la familia y a amistades y muy pocas confían en las instituciones y mecanismos oficiales, como la policía o los servicios de salud. Menos del 10% de las mujeres que buscan ayuda tras haber sufrido un acto de violencia lo hacen recurriendo a la Policía”.
El observatorio Ahora que sí nos ven, (@ahoraquesinosv4 en Twitter) publicó los datos que continúan doliendo e indignando a siete años del primer grito de Ni Una Menos: 1995 femicidios desde 2015 a 2022. “Damos a conocer las cifras de femicidios en Argentina entre el 3/6/2015 y 25/5/2022, elaboradas a partir del análisis de medios gráficos y digitales de todo el país llevado adelante por nuestro observatorio de violencias de género”, publicaron en un Tuit que se mantiene fijo en su cuenta. Esta cifra representa un femicidio cada 31 horas mientras que en 2022, se contabilizaron un femicidio cada cada 28 horas. Por su parte, el observatorio MuMaLá (@MuMaLaNacional en Twitter) registró 88 femicidios en Argentina desde el 1 de enero al 29 de abril siendo las provincias con tasas más altas La Pampa, Santiago del Estero y Tierra del Fuego.
Desde hace un tiempo hasta hoy también se contabilizan los intentos de femicidios, es decir cuando la agresión y el acto de violencia es extrema. “Se considera una de las violaciones de los derechos humanos más graves, extendida, arraigada y tolerada en el mundo y forma parte del concepto más amplio de violencia de género”, define el sitio judicial del gobierno de Colombia (ramajudicial.gov.co).
En Argentina, en lo que va de 2022, se contabilizaron 75 intentos de femicidio y como dato particular en lo que va del año 60% de los femicidios fue cometido por las parejas y ex parejas de las víctimas.
“La Justicia también tiene una gran deuda con las mujeres y LGBTIQ+ en Argentina. De los 104 femicidios cometidos este año, sólo 16 (15%) mujeres habían realizado al menos una denuncia y 7 (6%) tenían una medida de protección judicial, sin embargo las asesinaron”, indicó el observatorio Ahora Que Sí Nos Ven.
Las marchas de Ni Una Menos hoy convocan a numerosos colectivos y agrupaciones de mujeres que continúan reclamando una Emergencia de Género y políticas concretas para erradicar la violencia contra las mujeres. Pero se necesita un compromiso de toda la sociedad. ¿Cuántos varones reclaman junto a las mujeres que no se las mate más?
Desde 2015 hasta la fecha muchas cosas cambiaron y se instalaron en la agenda pública algunos temas que aquejan a las mujeres.
El debate social sobre el sexismo, acoso, femicidios no modifica los números del terror que nos dice que un varón violento mata a una mujer cada 28 horas en nuestro país. Poco se habla sobre las pequeñas violencias que terminan en estos desenlaces fatales. Los femicidios son la consecuencia del machismo en el cual fuimos todos educados: papá mamá, hermano, hermana, amigo y amiga. Sabemos que se involucran todos ante esta problemática el camino es más llano. Si bien el Estado también es responsable, la sociedad en su conjunto reproduce escenarios que violentan a las mujeres de diversas formas y cotidianamente. Por eso el Ni Una Menos debe ser un grito de todos.