El tabaquismo puede anticipar la menopausia

El tabaquismo puede anticipar la menopausia

Varios de los químicos tóxicos que contiene el humo de los cigarrillos afectan, además, la fertilidad femenina y la masculina. Hormonas.

EPOC. EPOC: la enfermedad silenciosa que acaba lentamente con una vida. ARCHIVO LA GACETA EPOC. EPOC: la enfermedad silenciosa que acaba lentamente con una vida. ARCHIVO LA GACETA

El tabaquismo es una enfermedad crónica que, además de las vías respiratorias, puede afectar muchas otras áreas de nuestra salud. La salud sexual y reproductiva es una de ellas.

“Por un lado, la prevalencia de infertilidad es mayor en aquellas mujeres que fuman que en la población general, y -por las diversas toxinas derivadas del consumo de tabaco- se ve comprometida la calidad ovocitaria”, advierte Natalia Fernández Peri, directora médica de WeFIV, centro argentino especializado en reproducción asistida. “Pero ademas se ha podido constatar que, debido a la presencia de esos químicos que están presentes en el tabaco, la menopausia puede anticiparse entre uno y cuatro años en las mujeres fumadoras”, advierte.

Y no se trata sólo una cuestión femenina. Fernández Peri destaca que, también como efecto de esos químicos, es posible observar reducción en la densidad del semen y en la concentración espermática, y alteración en la movilidad y la morfología de los espermatozoides.

“Ya en 2012, la Administración de Drogas y Alimentos (FDA. por su sigla en inglés), documentó la presencia, en el humo de los cigarrillos de tabaco, de 93 sustancias con toxicidad reconocida para el ser humano. De ellas, 14 tienen toxicidad que impacta directo sobre la reproducción o el desarrollo embrionario, y sobre cuestiones hormonales, lo que incluye la menopausia”, confirma y especifica a LA GACETA el tucumano Federico Bonilla, doctor en Ciencias Biológicas, especializado en embriología clínica y fertilización asistida.

“Esos compuestos químicos del humo no sólo son responsables de que se produzcan alteraciones de los parámetros hormonales; también inciden en la reserva ovárica y en su calidad; en la espermatogénesis; en la receptividad del endometrio y en la placentación precoz”, enumera.

“Y más concretamente, en el contexto de la reproducción asistida (que es con cierta frecuencia la posibilidad de concebir en estos tiempos de retraso de la edad de la maternidad), el consumo de tabaco se asocia con peor respuesta a la estimulación ovárica, y con la disminución de la tasa de fecundación y de implantación, lo cual reduce a la mitad del número embarazos y produce un aumento del doble de abortos espontáneos”, añade.

Componente emocional

“Desear un hijo y no poder tenerlo es una experiencia considerada estrenaste para el 90% de las personas implicadas. Y el impacto llega a diferentes esferas de la vida: social, económica, sexual y emocional”, advierte la psicóloga Sofía Casella, jefa de la Unidad de Salud Mental de Maternidad.

“Y el cigarrillo tapa el sentimiento de ansiedad, lo que en cuestiones de fertilidad genera un círculo vicioso”, agrega la psicóloga María Villamil, jefa de la Unidad de Apoyo Emocional de WeFIV.

“Trabajamos de manera psicoeducativa, para que se entienda la importancia de ese círculo vicioso, agrega, y destaca que ese cambio hábitos es un proceso gradual y requiere de contención emocional.

Precocidad indeseada

Pero volvamos a nuestro título. “Llamamos menopausia a la pérdida del ciclo menstrual, que se produce debido al agotamiento de los folículos ováricos, que son la unidad anatómica y funcional de la gónada femenina”, explica muy sintéticamente Bonilla.

La menopausia suele producirse entre los 40 y los 45 años (no hay una edad exacta, claro; puede ser antes y también bastante después).

Ese agotamiento de los folículos ováricos está condicionada por factores genéticos, sociodemográficos y ambientales, pero hay otros que pueden incidir a la edad de aparición. Y se ha demostrado que uno de ellos es el consumo de tabaco

“Las mujeres fumadoras son más propensas a llegar a la menopausia antes de la edad habitualmente esperada (según han publicado investigadores de la Universidad de Oslo, Noruega, en la revista BMC Public Health), lo que incrementa, debido a la falta del efecto protector de los estrógenos, su riesgo de padecer osteoporosis y cardiopatía”, informa Bonilla.

La investigación que cita se hizo con una muestra de 2.123 mujeres, y el equipo halló que casi el 10% de las mujeres había llegado a la menopausia antes de los 45 años. Alrededor del 25% fumaba, el 28,7% era ex fumadora y el 35,2% era fumadora pasiva. Al momento de la investigación, las mujeres evaluadas tenían entre 59 y 60 años; las que seguían fumando resultaron un 59% más propensas que las no fumadoras a haber llegado a la menopausia. Y para las grandes fumadoras, el riesgo de llegar antes a la menopausia prácticamente se duplicaba.

Un último dato del estudio: las mujeres que habían dejado de fumar al menos en la última década antes de la menopausia eran un 87% menos propensas que sus pares que continuaban fumando a haber entrado en la menopausia antes de tiempo.

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