Una pyme salteña, llamada Alma de Quinoa, desarrolló, con el asesoramiento del INTI, una bebida proteica hecha sobre la base de jugo de quinoa. La “semilla” del proyecto nació en 2014, en una escuelita donde las hijas de María Virginia Cinalli llevaban en la mochila una botella de medio litro de jugo de quinoa casero mezclado con naranja. Los compañeros y las maestras empezaron a probar la curiosa bebida y el boca en boca aseguró su éxito a tal punto que la directora convocó a su productora para venderla en los recreos.
“Al año siguiente realicé una exitosa degustación en el colegio de mis hijas ante 300 alumnos y se enteró el gerente de ventas de una empresa multinacional. Me contactó por teléfono, a la semana se tomó un avión para probarlo personalmente y me dijo que era espectacular el producto, pero que tenía que buscar la forma de hacerlo de manera industrial. Así llegué al INTI”, explica María, gerente de Alma de Quinoa, en un comunicado enviado por la institución.
María presentó toda la documentación para obtener la aprobación del Registro Nacional de Productos Alimenticios (RNPA) y está avanzando en negociaciones con inversores para ampliar la fabricación de la bebida.
La tendencia creciente del consumo de quinoa a nivel mundial -llega a tal punto que la NASA la incluye en misiones espaciales- responde principalmente a que es uno de los únicos alimentos del reino vegetal que provee todos los aminoácidos esenciales. En el caso del nuevo producto, además, hay que sumarle las vitaminas y fibras que aportan los jugos naturales de naranja, pomelo, mango y frutilla.
Este trabajo se enmarca en las acciones del INTI para el desarrollo de productos con agregado de valor regional, la diversificación de la dieta y el consumo en particular de alimentos de origen vegetal. “Buscamos satisfacer la demanda de los consumidores que buscan cada vez más incorporar productos de origen vegetal. La nueva bebida es una alternativa saludable para la gaseosa”, dijo Mariana Sánchez, del INTI.