09 Noviembre 2004
SIN PELOS EN LA LENGUA. El embajador Rickard Rossetti habló con el diario cuando vino a Tucumán a inaugurar el consulado croata.
"Estoy seguro de que Croacia tiene más amigos en la Argentina que en cualquier otro país de Sudamérica o de Norteamérica", destacó el embajador croata Rickard Rossetti, durante la inauguración del consulado de su país en Tucumán.
En una entrevista con LA GACETA, el diplomático recordó: "en la última guerra, cuando los cascos azules y los cascos blancos argentinos estuvieron en Croacia, se dieron cuenta de que el pueblo los trataba como hermanos, y eso porque saben que Argentina siempre ayudó a los croatas cuando lo necesitaron. Hasta en la última guerra -remarcó- cuando nos enviaron armas. Ahora se habla mucho de eso, de (Carlos) Menem y de las colas del caso, pero nadie dice la verdad: que las armas argentinas pararon la guerra".
En una charla a solas con el diario y, con absoluta serenidad, Rossetti explicó: "antes de comprar las armas a Argentina Croacia no podía defenderse, pero cuando posicionamos los cañones de 155 milímetros se paró la guerra, porque fue posible devolverle el fuego al enemigo. Gracias a esos cañones se salvaron muchas vidas, de ambos lados, porque se paró la guerra". El embajador recordó que, cuando se desmembró Yugoslavia, Croacia quedó totalmente desarmada, "sólo con fusiles de caza y con cuchillos".
El escándalo
Rossetti fue muy cauto respecto del escándalo por el contrabando de armas a Croacia y a Ecuador, por el que la Justicia investiga al ex presidente Menem y a varios de sus funcionarios. "Yo no puedo ni tengo derecho a hablar de cosas internas de Argentina; si se pudo vender o no, o adónde fue la plata. Sólo puedo decir que las armas se pagaron cuando llegaron a Croacia y ahí se terminó la guerra", afirmó.
Entre 1991 y 1995, Croacia recibió 6.500 toneladas de fusiles, cañones y municiones argentinos cuyo destino oficial era Panamá, en momentos en que regía una prohibición de la ONU de proveer armas al país europeo, que se encontraba en guerra. Algo similar ocurrió con Ecuador.
La última novedad sobre este caso es que la Cámara en lo Penal Económico revocó el lunes los sobreseimientos de Menem y de Domingo Cavallo que había dictado el juez Julio Speroni y ordenó a este magistrado que avanzara en la investigación sobre un supuesto faltante de $ 43 millones en la venta de armas.
La primera gran ayuda
"Yo tengo gran respeto por Argentina y por su gente, y no sería justo hablar mal de este país. A decir verdad, después de la Segunda Guerra Mundial, cuando nadie quiso recibir a los croatas porque estaban alineados a los alemanes y al Eje, Argentina lo hizo", subrayó el embajador. "Entre el 47 y el 48 más de 8.000 croatas llegaron al Hotel de Inmigrantes de Buenos Aires, y eso no es poco en menos de dos años. Croacia le agradece a la Argentina, porque es prácticamente el único país que le abrió las puertas, y porque todos los que se quedaron allá perdieron la cabeza, nadie se salvó", aseguró Rossetti.
En una entrevista con LA GACETA, el diplomático recordó: "en la última guerra, cuando los cascos azules y los cascos blancos argentinos estuvieron en Croacia, se dieron cuenta de que el pueblo los trataba como hermanos, y eso porque saben que Argentina siempre ayudó a los croatas cuando lo necesitaron. Hasta en la última guerra -remarcó- cuando nos enviaron armas. Ahora se habla mucho de eso, de (Carlos) Menem y de las colas del caso, pero nadie dice la verdad: que las armas argentinas pararon la guerra".
En una charla a solas con el diario y, con absoluta serenidad, Rossetti explicó: "antes de comprar las armas a Argentina Croacia no podía defenderse, pero cuando posicionamos los cañones de 155 milímetros se paró la guerra, porque fue posible devolverle el fuego al enemigo. Gracias a esos cañones se salvaron muchas vidas, de ambos lados, porque se paró la guerra". El embajador recordó que, cuando se desmembró Yugoslavia, Croacia quedó totalmente desarmada, "sólo con fusiles de caza y con cuchillos".
El escándalo
Rossetti fue muy cauto respecto del escándalo por el contrabando de armas a Croacia y a Ecuador, por el que la Justicia investiga al ex presidente Menem y a varios de sus funcionarios. "Yo no puedo ni tengo derecho a hablar de cosas internas de Argentina; si se pudo vender o no, o adónde fue la plata. Sólo puedo decir que las armas se pagaron cuando llegaron a Croacia y ahí se terminó la guerra", afirmó.
Entre 1991 y 1995, Croacia recibió 6.500 toneladas de fusiles, cañones y municiones argentinos cuyo destino oficial era Panamá, en momentos en que regía una prohibición de la ONU de proveer armas al país europeo, que se encontraba en guerra. Algo similar ocurrió con Ecuador.
La última novedad sobre este caso es que la Cámara en lo Penal Económico revocó el lunes los sobreseimientos de Menem y de Domingo Cavallo que había dictado el juez Julio Speroni y ordenó a este magistrado que avanzara en la investigación sobre un supuesto faltante de $ 43 millones en la venta de armas.
La primera gran ayuda
"Yo tengo gran respeto por Argentina y por su gente, y no sería justo hablar mal de este país. A decir verdad, después de la Segunda Guerra Mundial, cuando nadie quiso recibir a los croatas porque estaban alineados a los alemanes y al Eje, Argentina lo hizo", subrayó el embajador. "Entre el 47 y el 48 más de 8.000 croatas llegaron al Hotel de Inmigrantes de Buenos Aires, y eso no es poco en menos de dos años. Croacia le agradece a la Argentina, porque es prácticamente el único país que le abrió las puertas, y porque todos los que se quedaron allá perdieron la cabeza, nadie se salvó", aseguró Rossetti.
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