En medio de un contexto inflacionario y de fuerte tensión por la escasez de gasoil y nafta en algunas estaciones de servicio del norte argentino, el Gobierno nacional oficializó este martes su decisión de volver a postergar hasta septiembre próximo la actualización de la carga impositiva sobre los combustibles líquidos.
La decisión fue publicada en el Boletín Oficial a través del Decreto 285/2022, que lleva las firmas del presidente Alberto Fernández; el jefe de Gabinete, Juan Manzur; y el ministro de Economía, Martín Guzmán.
El decreto hace referencia a los incrementos en los montos de impuesto fijados en el primer párrafo del artículo 4°, en el inciso d) del primer párrafo del artículo 7° y en el primer párrafo del artículo 11, todos ellos del Título III de la Ley N° 23.966.
Esos incrementos corresponden al primer, segundo, tercer y cuarto trimestres calendario del año 2021, y al primer trimestre calendario del año 2022. Estos “surtirán efectos para la nafta sin plomo, la nafta virgen y el gasoil a partir del 1° de septiembre de 2022, inclusive”, dice el texto oficial.
De esta manera, seguirá cayendo en términos reales el dinero que va al fisco como porción de cada litro de nafta o gasoil pagados por los consumidores en las estaciones de servicio.
La ley indica que el Gobierno debe ir actualizando los montos por trimestre calendario sobre la base de las variaciones del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que suministra el Indec, considerando los movimientos acumulados desde el mes de enero de 2018.
La medida toma particular relevancia luego del último incremento que realizó YPF a principios de mayo. En aquella oportunidad, la petrolera había seguido los pasos de las empresas Axion y Raízen, cadenas de estaciones Shell. Las subas fueron del 9% en promedio.
Según un comunicado de la compañía, la justificación para el incremento de los valores, en aquella oportunidad, se debía al sostenido aumento de los precios internacionales de los combustibles.
En el norte argentino, en particular, la decisión resuena en medio de una problemática que puso en vilo a los consumidores, tras la advertencia de un paro de transportistas por la escasez de combustibles. De acuerdo a un relevamiento de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas, el 31% de los consumidores dijo haber esperado entre seis y 12 horas para poder cargar combustible.