Luego de un año y medio de proceso, José Enrique “El Guacho” Castilla y Carlos “Carlitos” Reynaga fueron declarados penalmente responsables del homicidio de Roque Nicolás “Cachita” Beltrán ocurrido en barrio Alejandro Heredia. Los pocos vecinos que se atrevieron a declarar en el juicio señalaron a Castilla como “el transa del campito”. En una próxima audiencia se determinarán los años de pena.
El 8 de enero de 2021 el cuerpo de Beltrán fue encontrado sin vida junto a su motocicleta, en un pasaje sin nombre del mencionado barrio del sur de la capital. Por ese entonces eran muchas las teorías que se manejaban sobre el caso debido al silencio de los testigos, que por temor prefirieron no declarar. Lo único que se descartó desde el primer momento fue que el crimen se hubiera ocasionado para robarle a Beltrán, dado que nadie se llevó su vehículo tras su muerte. Con el paso del tiempo la fiscalía de Homicidios II, a cargo de Carlos Sale, fue consiguiendo testimonios e indicios que apuntaban hacia una muerte que estaría vinculada con el consumo de drogas.
A un mes del homicidio la división Homicidios, a cargo de los comisarios Diego Bernachi y Juana Estequiño, detuvo a Castilla. En julio, tras permanecer 6 meses viviendo en la clandestinidad, cayó Reynaga. Ambos fueron imputados por homicidio agravado por el uso de armas, calificación legal con la que llegaron a juicio.
En su alegato Sale hizo una reconstrucción de cómo habría sucedido el hecho. Según la pesquisa Beltrán, quien sufría de severos problemas de adicción, le debía alrededor de $ 500 pesos a Castilla. El incumplimiento de la deuda se fue dilatando al punto de que el “transa del Campito” se cruzó un día con Beltrán y pelearon; el deudor salió victorioso de ese pleito, por lo que –según los testigos- Castilla lo amenazó de muerte. Y ese 8 de enero concretó su venganza. Sale probó ante los jueces Federico Moeykens, Isolina Apás Pérez de Nucci y Facundo Maggio que Castilla y Reynaga, a bordo de una motocicleta, se toparon con Beltrán cuando la víctima se subía a otra moto. Desenfundaron sus armas y le dispararon, causándole una lesión en el pecho que le costó la vida. “Esto se ha probado a través de la evidencia y de los testimonios reunidos”, señaló el fiscal en su alegato.
Dos testigos claves aceptaron declaran mediante el sistema de protección de identidad. Sobre esa cuestión, Sale se expresó y remarcó que cada vez son más los casos de investigación de homicidios que involucran de una forma u otra el consumo o la comercialización de estupefacientes. “Se trata de un hecho más que refleja la situación de muchos jóvenes en los barrios vulnerables, que son adictos y los transas se aprovechan de esa situación. Además generan mucho temor entre los vecinos, lo cual dificultó la investigación”, concluyó el investigador.
Crímenes: otros hechos que vincularían a la venta de drogas
El 11 de marzo de 2016 Gonzalo Esteban Torres fue ultimado de un disparo en la cabeza durante un conflicto ocurrido en calle Rodríguez Peña 1.200, en el barrio San Alberto de la capital. “Él era muy adicto, estaba muy perdido. Una chica me dijo que el hombre que vende droga le dio un tiro en la cabeza”, señaló devastada la pareja de la víctima. Varios vecinos señalaron a José Luis Beduino, el presunto transa de ese barrio, como el responsable del homicidio. Un grupo de allegados a la víctima fue a buscar al sospechoso a su casa y le dispararon en la cabeza.
En noviembre de 2017 Fernando Sebastián Medina, quien cumplía condena por un robo agravado, fue asesinado de tres cuchillazos en el penal de Villa Urquiza. Por el crimen se acusó a Alejandro “Pichi” Mendoza. La investigación rondó sobre que se habría tratado de un crimen vinculado con quienes vendían drogas dentro de la cárcel. “Él tuvo el valor, junto a otros compañeros de encierro, de contar con lujo de detalles lo que estaba ocurriendo en el penal, pero lo dejaron abandonado hasta que lo mataron. Él contó cómo es el sistema de venta de drogas que manejan los guardiacárceles”, dijo la abogada de la víctima, Silvia Furque.