Esta semana hubo muchísimos comentarios sobre los nuevos diseños de los billetes. La aparición de nuevas y viejas figuras. Muchísimos comentarios, pero muy pocos sobre un detalle no menor y muy curioso: el Martín Miguel de Güemes que vemos en el de $ 200 no es Martín Miguel de Güemes.
Suena fuerte, pero quizás no lo sea tanto. Sucede que aquella no es la cara del salteño, ya que en vida no se dejó retratar nunca. Todo para que sus enemigos no lo reconocieran. Entonces, usaron la foto de su hijo de quien decían que era muy parecido al padre. Así es como el dibujo que está al lado de Juana Azurduy está inspirado en del hijo de Güemes.
“Es verdad que Martín Miguel de Güemes no fue retratado en vida, ni al óleo ni al lápiz y menos aún existió la posibilidad de reproducir su imagen a través del sistema ideado por el decorador teatral y físico francés Louis Jacques Daguerre”, explican desde el gobierno de Salta.
“Además estimo que en aquellos tiempos, no abundaban artistas plásticos en nuestra patria y que, los pocos que hubieran habido, tampoco andarían ofreciendo por doquier sus capacidades pictóricas en tal dilatado territorio y menos aún en nuestra Salta tan lejana, por aquel entonces, del puerto de Buenos Aires”, añadieron.
“Como ya expresáramos, el prócer no dejó en vida perduración fisonómica, pero sus contemporáneos y familiares conservan en sus memorias su imagen, su rostro, y muchos de estos afirmaban, por aquellos años de 1876, que entre las personas que más se le parecían estaban sus hijos, don Martín del Milagro Güemes Puch (…) y don Luis Güemes Puch, como así también, don Carlos Murua Figueroa (…) que era sobrino nieto del prócer”, finalizaron.