Las elefantas Pocha y Guillermina poco a poco se van adaptando a su nueva vida en el Santuario de Elefantes de Latinoamérica, ubicado en el estado de Mato Grosso, Brasil. En los últimos días, ambas comenzaron a sociabilizar con las otras residentes del lugar.
Según informó el sitio Diario Uno, la primera elefanta en acercarse fue "Lady", quien vive en el santuario desde 2019. La segunda fue Maia, con quien Pocha fue muy dócil, mientras que Guillermina se quedó a un lado observando la situación.
En tanto, ayer se concretó el encuentro con las otras tres residentes. Rana vive allí desde 2019, y calcularon que tiene unos 63 años, Mara, de 56 años, llegó en el 2020 desde el Ecoparque de Buenos Aires, y Bambi, con 58 años, también fue llevada en el 2020.
La historia
Pocha y Guillermina son madre e hija, una de 56 años y la otra de 24. Pocha llegó de Londres y Guillermina nació en el que fue el Zoológico de Mendoza, donde ha pasado su vida junto a su mamá y Tamy, su padre, que es otro de los elefantes africanos que viven en el Ecoparque y que posteriormente será derivado al mismo santuario junto a Kenya.
Tras varios años en el Ecoparque Mendoza, ambas ya se encuentran en el Santuario de Elefantes Brasil (SEB) que es una organización sin fines de lucro que ayuda a transformar las vidas y el futuro de los elefantes cautivos en América del Sur. Su origen se remonta a 2012, a partir de la alianza internacional entre Elephant Voices y Scott Blais, cofundador de The Elephant Sanctuary en Tennessee, Estados Unidos. Esta alianza dio lugar a Global Sanctuary for Elephants, que en 2013 sienta las bases de la Asociación SEB en suelo brasileño.
El lugar obtuvo la habilitación de operación por parte del Gobierno brasileño en 2018 y, recientemente, certificó estándares de excelencia por parte de The Global Federation of Animal Sanctuaries, convirtiéndose en la única institución latinoamericana con este prestigioso aval.
El santuario presenta un bioma apropiado para la especie, posee recintos completamente naturales y dispone de matorrales y áreas abiertas cubiertas de vegetación. Cada recinto tiene dimensiones muy amplias (entre 40 y 400 hectáreas cada uno). Allí se les proveen dietas excepcionales a los animales y tienen atención veterinaria de alta calidad durante toda su vida.