SAN PABLO, Brasil.- El peligro de pasar hambre en Brasil es más alto que nunca, y el porcentaje de personas que no pudieron comprar alimentos para sí mismos o para su familia en algún momento durante los últimos 12 meses aumentó a un récord en 2021. Este porcentaje de la llamada inseguridad alimentaria saltó del 14% en 2014 al 30% en 2019. En 2021, alcanzó el 36%. Es la primera vez que la inseguridad alimentaria en el mayor productor de alimentos de América Latina supera el promedio mundial desde que se inició el seguimiento de los datos en 2006, según datos de la Encuesta Mundial Gallup publicado por la Fundación Getulio Vargas (FGV).
Los brasileños enfrentan esta grave situación a pesar de que el país es uno de los principales productores agrícolas del mundo. Los precios de los alimentos han subido mucho tras la invasión rusa a Ucrania, dijo el economista Marcelo Neri, director del Centro de Políticas Sociales de la FGV y autor del estudio.
El aumento de la inseguridad alimentaria entre el 20% más pobre de Brasil durante la pandemia aumentó al 75% en 2021, desde el 53% en 2019, acercándose a los niveles de Zimbabue, que tiene el nivel más alto de inseguridad alimentaria en el mundo, con un 80%, mostraron los datos.
El estudio también señala que la brecha de género en la inseguridad alimentaria en 2021 era seis veces mayor en Brasil que el promedio mundial. Eso quiere decir que, las mujeres tienen seis veces más probabilidades de sufrir por falta de alimentos, en comparación con los hombres en su misma situación.
El problema atraviesa toda América Latina. La región juega un papel irremplazable en la seguridad alimentaria global, según la Oficina Regional para América Latina y el Caribe de la agencia de Naciones Unidas para la Alimentación. La región “produce alimentos para satisfacer las necesidades calóricas de alrededor de 1.300 millones de personas, es decir, para uno de cada seis habitantes del planeta”, no obstante, pese a que la producción en América Latina alcanzaría para alimentar a toda su población, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) prevé que la región atravesará una de las crisis más agudas de su historia en materia de inseguridad alimentaria, como consecuencia de la guerra en Ucrania. (Reuters)