Un viaje hacia el espacio musical de Gustavo Cerati

Un viaje hacia el espacio musical de Gustavo Cerati

La banda Música para Volar interpreta canciones a la carta, en clave sinfónica, con músicos locales

ROSARINOS EN SU PAISAJE URBANO. Hace 10 años iban a versionar un disco de Soda Stereo; hoy tocan con arreglos propios y sonido genuino. ROSARINOS EN SU PAISAJE URBANO. Hace 10 años iban a versionar un disco de Soda Stereo; hoy tocan con arreglos propios y sonido genuino.

Más de 50 músicos se unirán para interpretar, en clave sinfónico-coral, canciones del gran Gustavo Cerati. Es lo que propone la banda rosarina Música para Volar junto a orquesta y coro locales hoy, a las 21, en el teatro Mercedes Sosa (San Martín 479). Bruno Moreno, pianista y arreglador, explica las claves del recital:

- ¿Qué los unió como Música para Volar y desde cuándo tocan juntos?

- Este grupo surge de la idea de nuestro guitarrista, Alexis Thompson, de tocar el disco unplugged de Soda Stereo del 96, “Confort y música para volar”. Nos propusimos tocar una sola vez, en un bar, en Rosario. Terminó conformándose un grupo que ya tiene 10 años andando. De hecho nuestro nombre quedó de ahí. Tocamos ese disco con arreglos originales. Sin saberlo, estábamos armando un grupo con un fuerte apoyo en lo escénico y con la conciencia patente de estar interpretando esa música, no imitándola.

- ¿Quiénes integran la banda?

- Está conformada por José Matteucci en batería y voz, Thompson en guitarra, Julieta Sciasci en bajo y voz y yo en piano y arreglos.

- ¿Qué los convoca de la música de Gustavo Cerati?

- Son muchas cosas las que nos convocan. Crecimos con la música de Cerati y no sólo tiene valor afectivo sino que en lo musical abordarla nos representa un desafío. Es inmensamente rica y siempre la estamos descubriendo. Un intérprete tiene que apropiarse, y la genialidad de una interpretación está ligada a un fuerte compromiso emocional con la obra. Vamos a Tucumán y la figura de Mercedes Sosa nos resulta muy inspiradora. Ella no compuso ni una nota de las canciones que cantaba y sin embargo las hizo propias: dijo siempre algo nuevo de una forma impresionante.

- ¿Cómo se llama el espectáculo que traen a Tucumán y quiénes intervienen?

- El show se llama Gustavo Cerati Sinfónico a la Carta. En nuestra página web (mpvolar.com.ar) pusimos a disposición todo nuestro repertorio, como un menú. Allí el público configura una lista de temas. Somos la banda más un ensamble sinfónico de músicos tucumanos dirigidos por Marcela Roselló y el Coro del Colegio de Psicólogos, dirigido por Adrián Mendoza, en total 50 músicos en escena.

- ¿Abarcan toda la obra de Cerati?

- El repertorio es toda la carrera de Cerati desde los discos de Soda Stereo y buena parte de su discografía solista. Al elegir la gente el repertorio está lleno de hits, pero también hay lugar para temas lado B que van a disfrutar.

- ¿Cuál es tu criterio en los arreglos sinfónicos?

- Teniendo claro lo que no quería hacer me di cuenta de que la obra ya tenía toda la información, que no tenía que cambiar ni una sola nota. Escuché la música con humildad, traté de desgrabar cada nota y después hice un trabajo de orquestación de esa música.

- ¿En qué consiste el show y cómo se estructura?

- No todo el tiempo están todos los músicos en escena. La diversidad de la obra nos permite alternar formaciones de orquesta, coro y banda, orquesta sola, banda sola o un solista. Es muy dinámico, hay un relato con las imágenes en pantalla y la iluminación que articula la variedad de canciones y de géneros.

- ¿Cómo es la puesta en escena?

- Encontramos un leit motiv que es un viaje espacial. Con esa metáfora el concierto evoluciona como si fuera un viaje de la Tierra al espacio exterior.

- ¿Cómo se escucha, cómo se recibe hoy la música de Cerati?

- Liliana Herrero dice que la cultura es algo vivo, no un bronce del pasado al que vamos a adorar. Estas canciones están en el futuro; como intérpretes tenemos que ver qué nos están diciendo. La gente lo entiende así y no se trata de rendir un tributo sino de poner a dialogar nuestro presente y nuestro futuro con esas músicas. El público se dispone a pasarla bien. Y después de estos años de encierro, dolor y angustia no podemos dejar de vivirlo como un reencuentro a través de una música que probablemente tenga siempre algo para decir.

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