Por dos años, la investigación por el crimen de Lola Chomnalez, la joven de 15 años que fue asesinada en 2014 mientras veraneaba en la localidad uruguaya de Valizas, se había frenado por completo. Nadie en la Policía tenía novedades hasta que hace seis meses, el accionar de una mujer permitió encontrar una pista genética que prácticamente aseguró que el crimen no quedara impune.
"La noticia llegó cuando la Policía Científica se contactó con las autoridades de la Dirección de Investigaciones del Departamento de Rocha, al que pertenece la playa donde se produjo el crimen, para anticiparles que a partir de un ADN similar al encontrado en la mochila de Lola se podía llegar a uno de los presuntos asesinos", explica el diario Clarín.
A esa altura, los rastros genéticos encontrados en la escena del crimen ya habían sido comparados en innumerables ocasiones con la base de datos del Ministerio del Interior que tiene los ADN de los detenidos en el país, pero sin hallar coincidencias.
Allí fue cuando la mujer de la que hablamos sugirió especificar el análisis del ADN y "trabajar de forma separada la línea materna de la paterna". De esa manera llegaron hasta un hombre que estaba detenido desde 2015, hermano de Leonardo David Sena, presunto autor del crimen de Lola. Tras hablar con el detenido, los policías pudieron dar con la madre Sena, quien aseguró tener 11 hijos. Uno de ellos había sido dado en adopción a los 18 días de nacer.
"Curiosamente fue una denuncia por robo radicada por Sena la que permitió ubicarlo y revelar detalles de sus antecedentes por violación y violencia privada, explicaron los investigadores. El 18 de mayo pasado, la Justicia ordenó el allanamiento de su vivienda y si bien el sospechoso se negó a realizar la prueba de ADN, los policías se llevaron un cepillo de dientes y así cotejaron con las muestras genéticas", detalló el matutino.
Los análisis terminaron por confirmar relación de Sena con los rastros encontrados en la mochila de Lola y es por eso que se decidió detenerlo.
La genetista que fue clave en el caso Lola Chomnalez
El fuerte avance de la investigación del crimen de Lola llevó algo de tranquilidad a los papás de la joven, Diego Chomnalez y Adriana Belmonte. "Estamos frente al homicida y el encubridor", aseguraron los padres tras las nuevas pruebas del crimen. Todo gracias al trabajo de la genetista.
Hablamos de Natalia Sandberg, encargada del Registro Nacional de Huellas Genéticas de la Dirección Nacional de Policía Científica del Ministerio del Interior, que según informa El País de Montevideo se centró en que el asesinato "no podía quedar impune".
"Los continuos cursos de actualizaciones que recibió del FBI y las nuevas utilidades que la especialista encontró a un software fueron considerados claves para dar con el presunto asesino", aseguraron.
El cuerpo de Lola fue encontrado semienterrado en la arena, en una playa de Valizas. Junto a ella estaban sus pertenencias, entre ellas una mochila y una toalla con manchas de sangre. Lo máximo que corroboraron hasta ahí, fue que el ADN extra allí pertenecía a un hombre.
La genetista cotejó la muestra con el banco de datos del Registro Nacional de Huellas Genéticas, donde están los ADN de todas las personas que tienen antecedentes penales, y no hubo coinicidencias.
"Si bien este individuo había cometido delitos en 2003 (lesiones personales) y en 2009 (violación de una joven en La Paloma), sus huellas no estaban en el banco de datos de Policía Científica porque éste se creó en 2012", explicó a El País el director de la Policía Científica, Fabio Quevedo.
La genetista igualmente no se rindió y comenzó a revisar casos similares ocurridos en otros países. Fue así como surgió la idea "seguir el rastro de ADN por la línea patrilínea".
Pero ante la falta de coincidencia con el ADN encontrado en la toalla y en el DNI de Lola, Sandberg siguió con "la matrilínea" y dio con que el ADN del supuesto homicida de Lola coincidía con el de un preso gracias a un vínculo por el lado materno.
"Luego la Policía Científica logró ubicar a la madre de ese recluso y después, la Justicia autorizó la extracción de una muestra de saliva de la mujer. Así se determinó que el preso era medio hermano de la persona que había manipulado los objetos de Lola", aseguraron.
De esta manera, se llegó hasta Leonardo David Sena, principal sospechoso ahora y, que tenía un antecedente por violación.