La readecuación de precios que se aplicó sobre los combustibles a principios de mayo no repercutió en la falta de abastecimiento que desde hace tiempo vienen reclamando desde distintos sectores productivos. En las estaciones de servicio del Noroeste argentino las escenas se repiten: mientras algunos vehículos cargan naftas súper o premium con total normalidad, los surtidores que expenden gasoil lucen fuera de servicio o abarrotados con largas filas. En este contexto de escasez, no faltan tampoco quienes se ven obligados a pagar sobreprecios para conseguir combustible y camiones extranjeros que llegan a territorio argentino para proveerse de este producto.
Para entender el escenario actual hay que viajar en el tiempo hasta octubre del año pasado, cuando el aumento del precio internacional empezó a resquebrajar el congelamiento de los combustibles que había establecido el Gobierno nacional para el segundo semestre de 2021. Sin embargo, en el canal mayorista sí se sintió el impacto de la suba del Brent -principal referencia del barril en el mundo occidental- y de derivados del petróleo. Hasta ese momento, el precio del gasoil en el mercado minorista llegó a estar un 18% más caro que en el segmento mayorista, pero la diferencia se fue puliendo hasta darse vuelta.
Ante este panorama, donde los combustibles diesel se comercializan entre $120 y $160 (dependiendo su variedad y la marca) por litro, en el mercado minorista, y en el mercado mayorista el litro roza los $200, la demanda se incrementó notablemente. Productores rurales, transportistas y colectivos se vuelcan al acotado mercado minorista para abaratar costos.
Cupos y limitaciones
En diálogo con LA GACETA, Gonzalo Rodríguez, titular de la Cámara de Comerciantes Derivados del Petróleo, Gas y Afines (Capega), indicó que los cupos de combustibles que actualmente reciben las estaciones de servicio de la provincia no alcanza a cubrir la demanda actual y esto produce un quiebre de stock en el gasoil.
“Al cupo lo establece cada petrolera de acuerdo con los valores entregados en 2021, pero el año pasado estábamos saliendo de la pandemia y no había la misma actividad que tenemos hoy en día con muchas más actividades productivas. Ante estos factores no alcanza la cantidad de combustible”, manifestó el referente del sector.
Por su parte, Alfredo González, presidente de la Cámara de Expendedores de Combustibles de Jujuy (Cecju), enfatizó que los cupos se aplican ante la negativa de las petroleras para vender el combustible al sector minorista a causa del precio y precisó que esta situación se registra a lo largo y ancho del país, pero la escasez se siente más en algunas regiones, como el NOA, por las actividades agroindustriales que se realizan durante esta época del año.
Vaivén de precios
Para ambos representantes de las estaciones de servicio, el sinceramiento de precios en los combustibles es fundamental en nuestro país para revertir la situación actual.
“La diferencia de precios surge porque al canal minorista lo fija el Gobierno nacional con las petroleras y definen un precio para que la inflación no se refleje en el surtidor. En cambio, el mayorista es una decisión de la petrolera y se asemeja a los valores internacionales, donde el precio equivale a un dólar”, expresó el titular de la entidad jujeña y relató que el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania profundizó aún más el incrementos de estos valores. “Por la guerra, el gasoil se comercializa más caro a nivel mundial porque escasea. La mayoría de los países redujeron los impuestos para que los precios no aumenten, pero en Argentina no solamente no se cobra un dólar por litro sino que tiene un 45% de impuestos. Por lo tanto, del precio que se ve en el surtidor la mitad queda para la petrolera y casi la otra mitad es para el Estado”, agregó.
Tanto Rodríguez como González expusieron que estas limitaciones al acceso de combustible y los congelamientos sobre los precios no dejan crecer a las estaciones. “En un año tuvimos incrementos de un 32% en los combustibles, pero nuestros gastos crecieron más de un 60%, y eso es casi imposible para una empresa”, precisaron. “El punto de equilibrio está cada vez más arriba y hay que vender más litros para ser rentables. Hay estaciones por debajo de ese punto. Suelen ser las estaciones más chicas que abastecen a un pueblo y hoy están pensando en cerrar”, lanzó González.