El jueves pasado detuvieron al principal sospechoso del femicidio de Lola Chomnalez, ocurrido hace siete años en una playa de Rocha, en Uruguay. El hombre, de 39 años, se encontraba en la frontera con Brasil.
Los investigadores concretaron su detención luego de comprobar que las marcas de su ADN estaban en la mochila de la víctima, quien murió asfixiada. El acusado fue procesado por homicidio agravado.
El ADN de un familiar que estaba en prisión fue el que permitió conectar al sujeto con la causa por el asesinato. El sujeto tiene antecedentes de delitos por lesiones personales en 2003 y de violación en 2009. Sin embargo, se trata de hechos que fueron cometidos antes que se conformara en Uruguay el banco de datos genéticos de procesados, creado en 2011. De ahí, que previamente el presunto asesino de Lola no apareciera en los cotejos anteriores, informa La Nación.
El acusado se llama Leonardo David Sena, quien se declaró inocente ante la fiscal y reconoció que estuvo en la escena de crimen pero negó tener algo que ver con su muerte. Contó que había encontrado la mochila de la joven en la arena y que solo robó dinero. Rechazó haber tenido otro tipo de contacto con ella.
Hasta ahora no está claro el vínculo de Sena con Ángel Moreira, apodado “El Cachila”, un cuidacoches y vendedor de estampitas, quien declaró que le tomó el pulso a la joven para conocer si había muerto, y luego huyó. El sujeto se encuentra detenido en la actualidad, acusado de coautoría en el homicidio, ratificado por el Tribunal de Apelaciones.