Al próximo Rectorado de la UNT se le exigirá un salto de calidad

Al próximo Rectorado de la UNT se le exigirá un salto de calidad

A las 9 se reunirá en el Virla la Asamblea Universitaria. Sergio Pagani y “Pío” Jiménez, los candidatos, saben que los aguarda una dura tarea

OPOSITOR. José Luis “Pío” Jiménez fue Decano de Ciencias Económicas.  OPOSITOR. José Luis “Pío” Jiménez fue Decano de Ciencias Económicas. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ

Resultó tan extensa, compleja y embarrada la campaña que para los candidatos al Rectorado la sesión de la Asamblea Universitaria representa, ante todo, un alivio. Fue mucha la tensión acumulada por Sergio Pagani, Mercedes Leal (integrantes de la fórmula oficialista, por el espacio Futuro UNT), José Luis “Pío” Jiménez y Hugo Fernández (del binomio opositor que se presenta por Reencuentro Universitario). Finalmente el día “D” llegó.

A las 9 están convocados los 156 asambleístas en el Centro Cultural Virla. Ellos serán los encargados de elegir a quienes conducirán la UNT hasta 2026. Ese conglomerado en el que coinciden los Decanos y Decanas de las 13 Facultades, docentes, estudiantes, egresados y personal no docente deberá decidir cómo votar. Pueden hacerlo a viva voz o de forma secreta, metodología que se tornó usual en cada convocatoria marcada por algún viso de competitividad. Así, un acto de democracia académica fue mutando hasta emular a la política partidaria. Esa pérdida de transparencia dice mucho acerca de los caminos que viene transitando la Universidad.

A esta lógica obedece también el rumbo que tomó la campaña. Fue una suerte de profecía autocumplida: si la UNT luce presa de la rosca política, la previa de una elección de este tenor no podía escapar al festival de operaciones, noticias falsas y bajezas que se acumularon durante semanas.

Fue, en síntesis, una oportunidad perdida para debatir propuestas en profundidad. Tanto Futuro UNT como Reencuentro Universitario salieron a la cancha enarbolando plataformas e ideas. El problema es que el partido se jugó en otro terreno y eso corrió el foco. La Universidad pública, en su carácter de depositaria del saber de la comunidad, se quedó con las ganas de enriquecerse. En lugar de contribuir a su crecimiento, la campaña electoral sólo sirvió para empujarla un poco más hacia las sombras.

Por eso es tanta la exigencia que aguarda a quienes tomarán la posta. José García deja el Rectorado al cabo de cuatro años durísimos, en los que debió lidiar con la pandemia y con la crisis económica. Su objetivo central es cerrar el mandato con las cuentas ordenadas. Pagani, su vicerrector, promete agregarle contenido a ese punto de partida. “Pío” Jiménez se ofrece como una alternativa de cambio. Le toque a quien le toque, hay muchos desafíos por delante.

Para empezar, ambos candidatos anticiparon su voluntad de modificar el sistema de votación. Coinciden en que el colegio electoral no da para más y las pruebas están sobre la mesa: la honorabilidad de los 156 asambleístas quedó en tela de juicio desde que empezó a hablarse de presiones y compra de voluntades. La continuidad de este sistema es una consecuencia directa del fracaso experimentado por el proceso de reforma del estatuto de la UNT. Esa es una de las mochilas más pesadas que carga la Universidad: el naufragio de una Asamblea que se vio incapaz de tomar decisiones de fondo.

La ciudadanía universitaria plena es otra promesa de campaña que comparten ambos espacios. Adiunt, el gremio docente, convocó a una huelga para hoy, en reclamo por la exclusión de los estudiantes de escuelas experimentales y universitarias en el sistema de votación. El riesgo con estas cuestiones es que, una vez pasado el vértigo electoral y asumidas las flamantes autoridades, se diluyan en la agenda.

La vida de la UNT es amplísima, imposible de reconfigurar por completo en cuatro años. Pero tanto Pagani como “Pío” Jiménez hablaron de la necesidad de emprender reformas estructurales, que necesariamente deberán comenzar con una visión adaptada a los tiempos. Se puede mantener los pies en la Tierra y la mirada en las Estrellas, como lo dispusieron Juan B. Terán y los suyos, por mayores que sean las transformaciones sociales. La clave es hacia dónde seguir. Y cómo.

Hay una Universidad mayoritaria enfocada en enseñar, en aprender, en investigar y en vincularse con el mundo que la rodea. Puertas afuera, de esa Universidad no se habla en la medida de lo necesario y de lo merecido. Queda ahí otra misión para el Rectorado que viene: devolverle el protagonismo a esa UNT esencial. Lo inmediato es la reunión de la Asamblea y la trascendencia de su decisión.

Seis claves de la mañana

1- ¿Qué es la Asamblea Universitaria?

El máximo órgano de gobierno de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT). La integran los consejeros directivos y los decanos de las 13 Facultades.

2- ¿Cuál es su importancia?

El estatuto de la UNT le confiere, entre otras, las funciones de elegir Rector y Vicerrector, resolver sobre las renuncias de estos o removerlos de su cargo.

4- ¿Cómo se constituye su quorum?

Para funcionar, la Asamblea Universitaria requiere la presencia de la mayoría absoluta de sus miembros (mitad más uno de los 156 integrantes: 79).

4- ¿Quién preside la Asamblea Universitaria?

Al momento de constituirse la preside el Rector. Luego el cuerpo elige otras autoridades de entre sus miembros: el presidente y los secretarios.

5- ¿Cómo se eligen Rector y Vicerrector?

Si una dupla logra la mayoría absoluta (79 votos) será proclamada. Si no, habrá segunda vuelta, tras la cual será ganadora la fórmula que logre mayoría simple.

6- ¿El voto debe ser secreto o nominal?

Nada estipula cómo debe votar la Asamblea. Sus miembros lo deciden en ese momento. Las últimas elecciones vienen definiéndose mediante voto secreto.

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