Una oportunidad para las bicicletas

La crisis del transporte en Tucumán es compleja, y tanto los factores que la producen como los actores involucrados son múltiples. Sin embargo, hay aspectos en los que las definiciones dependen específicamente del diálogo y de los acuerdos, y no requieren, al menos en un primer momento, de grandes erogaciones ni de esfuerzos extraordinarios. Es el caso de las políticas tendientes a fomentar el uso de la bicicleta como medio de traslado alternativo a los vehículos motorizados.

El tema volvió a tomar impulso en la agenda del Poder Legislativo a partir de la presentación de dos proyectos de ley: uno firmado por el legislador Raúl Albarracín (PJS) y otro elevado por la legisladora Sara Alperovich (Hacemos Tucumán). En ambos casos, la intención es establecer los lineamientos para la puesta en marcha de un programa provincial que promueva la utilización de las bicicletas en todo el territorio provincial.

Al margen de las características propias de cada iniciativa, es destacable la finalidad de propiciar un marco normativo para la implementación de acciones coordinadas desde el Estado, siempre con el objetivo de generar las condiciones para el desarrollo de este medio de transporte.

En este sentido, no sólo se considera relevante la ejecución de obras viales que posibiliten el tránsito seguro de estos rodados -esencialmente, ciclovías o bicisendas y bicirutas, con su adecuada infraestructura y señalización-, sino también la puesta en marcha de campañas de concientización y de educación, tanto entre los usuarios de bicicletas como entre los conductores de los vehículos motorizados y la ciudadanía en general.

Este asunto, si bien se reintegró a la agenda parlamentaria en los últimos días, viene siendo objeto de proyectos de ley desde hace años. Incluso, según los registros del Poder Legislativo, la comisión de Obras y Transporte emitió un informe favorable el 22 de junio de 2021, tomando como base las  propuestas de los oficialistas Julio Silman (presentada en 2019) y Roberto Palina (data de 2021), y del propio Albarracín (de 2020). Pasó casi un año de la elaboración de aquel dictamen, y el texto -aunque fue considerado dentro de los asuntos ingresados a sesión- no llegó a ser sometido a votación en el recinto de la Legislatura. Así, el expediente permanece a la espera de un tratamiento definitivo por parte del cuerpo colegiado.

Mientras tanto, en mesa de entradas de la Cámara se acumulan otras iniciativas vinculadas al uso de las bicicletas -por ejemplo, una referida al funcionamiento de estacionamientos gratuitos, firmada por Sara Alperovich-, pero ninguna de estas ideas ha logrado tomar forma de ley.

Existen en Tucumán municipios que apuntan a promover el uso de la bicicleta, a través de la construcción de bicisendas y de otras acciones de alcance local, a veces también coordinadas con otras jurisdicciones -como es el caso de Yerba Buena y de Tafí Viejo-. Sin embargo, sin una ley provincial que establezca las pautas generales que deben seguir las políticas públicas en esta materia, tales esfuerzos -aunque valorables- resultan aislados. Así, la mayoría de los habitantes del territorio provincial se ven impedidos de acceder a los incontables beneficios (económicos, ambientales, en salud, entre otros) que otorga la posibilidad de utilizar la bicicleta como medio de transporte seguro.

La crisis que atraviesa el servicio público de colectivos y el estado de congestión recurrente que presenta el tránsito obligan a la clase política a buscar, además de soluciones de fondo, alternativas que permitan una mejoría en la calidad de vida de la población.

Resultaría positivo que, ante el renovado impulso que tomó en el ámbito del Poder Legislativo la discusión sobre el uso de las bicicletas, se materialicen finalmente las iniciativas que apuntan a la promoción y el fomento de este medio de transporte, implementando acciones desde el Estado provincial que tengan un alcance general, y que sean planificadas y sostenidas en el tiempo.