CUENTOS
LAS CHUPILAS
FEDERICO SOLER
(La Papa – Tucumán)
La palabra chupila viene del quechua y alude a la vagina de la mujer, de manera que Las chupilas, el libro de cuentos escrito por Federico Soler nombra a la mujer desde su órgano sexual. El cuento que lleva el nombre del título del libro, no sugiere, sino que se escribe casi como una página pornográfica, sitio ideal para revisitar el machismo a través de la mujer como objeto, la mujer bajo el deseo de la apropiación de esa chupila.
El título del libro da cuenta del plural “chupilas” y es el narrador quien investiga, no solo el sexo de los bajos fondos, sino también el mundo de la clase media representado por los prejuicios moralistas de una familia.
En el cuento Cosas de chicos, un niño espía a medias una relación sadomasoquista de sus padres, y aunque es poco lo que observa intenta reproducir la escena con su amiga en la cama. Ambos disfrutan de la oscuridad de lo prohibido, hasta que la madre de la niña irrumpe con violencia en el cuarto arrancándola de la cama.
Esa misma clase media será protagonista del cuento Tiempo suspendido donde acontece la pederastia del abuelo que toda la familia oculta y que la sufren los nietos. A diferencia de los otros cuentos, aquí aparece lo oculto, las sombras, el universo secreto del que nadie se atreve a hablar porque es preferible soportar en silencio el infierno de la vergüenza, para mantener las formas agotadas e hipócritas de una familia.
Y en ese mismo ambiente de clase sucede De coulotte en el palier, cuento que aborda la vida sexual aburrida y corita de una pareja. Es frecuente que, de ese tipo de relaciones se salte a lo contrario. En el cuento aparecerá el personaje Lis, abreviatura irónica de Lisandro. Allí, la protagonista experimenta todo lo que era prohibido en la relación anterior, pero en breve tropieza con ese aspecto mojigato, machista de clase media inserto en Lis, quien a su vez encuentra una muchacha de tono virginal para el casamiento. De común acuerdo con Lis, la joven experimenta nuevas relaciones. Lis la persigue y encuentra los olores de los amantes en la cama, en el aire, bucea los rastros olfativos que deja el sexo, allí el cuento interesa como una situación nueva. El final del cuento es a lo Copi; Lis se marcha ofendido y ella sale semidesnuda al palier en su búsqueda, pero el viento le cierra la puerta del departamento. El macho Lis la cubre con su abrigo e intenta pasar a la casa desde el departamento de la vecina, con tanta mala suerte que cae por el balcón. El final es un grotesco trágico. Otra ironía del macho. Un libro de cuentos muy recomendable.
© LA GACETA
MARCOS ROSENZVAIG