"El editor es quien acompaña al escritor y a su libro por un recorrido hasta que el libro llega a la librería"
“No escribo, creo que estoy llena de palabras”, confiesa la editora del sello Tusquets. Leer, corregir, releer, editar, volver a leer son las acciones que conforman el universo cotidiano de Lucantis.
- El rol del editor editorial se escucha con mayor frecuencia. ¿Cuáles son los alcances de su función?
- Son un montón de funciones. Desde buscar un manuscrito, un autor, una autora, interesarse por su obra, recibir manuscritos, leer, elegir y trabajar el texto si es que lo necesita. A veces cambiamos los títulos, a veces cambiamos capítulos, cambiamos estructuras, cambiamos finales, cambiamos algún personaje. Ajustamos algunas cuestiones de escritura, de las voces. El editor acompaña al escritor en ese proceso y también es un mediador con la parte de la industria sobre todo en las editoriales grandes. Porque los libros tienen un recorrido más burocrático y de producción. Básicamente el editor es quien acompaña al escritor y a ese libro por todo un recorrido hasta que el libro llega a la librería. También elegimos las tapas, hablamos con el departamento de arte, proponemos. En mi caso estoy tratando de trabajar con fotógrafos e ilustradores argentinos y entonces recorro las páginas de un montón de ilustradores e ilustradoras a ver si encuentro en algunas de esas obras algún personaje de la novela a la que tengo que buscarle una tapa. También escribimos la contratapa. Hacemos un montón de cosas de la mano de los escritores; en una mano están los escritores o escritoras y en la otra la estructura editorial sea grande o chica.
- De alguna manera la figura del editor literario se emparenta con la del productor artístico en la música. No son pocas las anécdotas que dan cuenta de peleas, a veces irreconciliables, entre productores y músicos a partir de la intervención de los primeros en la obra musical. ¿Has tenido cortocircuitos con escritores a la hora de hacer tu trabajo?
- Uno trabaja con gente y uno no está exento de las diferencias. Nunca me he peleado de una manera irremediable o irreconciliable, pero sí he tenido varias diferencias con algunos autores. Hay algunas cosas que son fáciles de conciliar y otras que a veces son más difíciles. Ahí depende de la estructura. Yo en mi rol de editora no soy dueña de la editorial, sino que tengo que responder a una estructura empresarial. Entonces no soy la única que opina sobre una tapa. A veces me peleo más adentro de la editorial que con el escritor (risas).
- Hace poco en una entrevista el escritor Guillermo Martínez refería haber escuchado a un editor jactarse de que era capaz de editar y publicar cualquier cosa, de alguna manera vanagloriándose del poder que poseía. ¿Coincidís?
- No. Creo que nosotros somos mediadores de una industria cultural y que también hay responsabilidad hacia el escritor, lo que no quiere decir que no cometas errores. Responsabilidad para que ese producto sea lo mejor que ese escritor o esa escritora puedan hacer, y también para que un lector o una lectora tengan contenido que a uno le parezca interesante proponer. Hay cosas que funcionan y otras que después no. Uno no es adivino, sino no seríamos editores o seríamos todos híper exitosos. Hay que entender esa búsqueda tanto de los lectores como de los escritores.
- Como editora fuiste la responsable de recuperar la figura de la escritora Aurora Venturini, de quien este año se conmemora el centenario de su nacimiento. ¿Cómo llegaron sus libros a tus manos?
- A Aurora no la leí cuando ganó el premio (Nueva novela Página/12 en 2007), la debo haber leído hace poco en el 2016 y me voló la cabeza. Dije “qué bueno que te llegue un manuscrito así, con esa fuerza y con esa contradicción de emociones”. Después, Paula Pérez Alonso, una colega en Planeta, que es amiga de Liliana Viola -la heredera de Aurora- me comentó que Liliana tenía un inédito y que estaba evaluando la posibilidad de cambiar de editorial, y me preguntó si me interesaba la posibilidad de tener a Aurora Venturini en Tusquets. Me acuerdo de que era un martes en la editorial y que corría en el pasillo diciendo “sí, sí, obvio”. Entré a la oficina del director editorial y le dije “está esta posibilidad, denme plata porque con buenas intenciones no voy a conseguir nada”. Ahí comencé una serie de charlas con Liliana y empezamos a pergeñar un relanzamiento de Aurora. Yo estaba convencida de que había que publicar el inédito Las amigas y que tenía que salir con Las primas, que tenían que ser tapas que dieran una sensación de colección. Estábamos convencidas de que Aurora tenía una nueva lectura, que estaba vigente, pero sinceramente no esperábamos que fuera el boom que fue. Aurora era una adelantada, una provocadora para el momento en que se leyó, y estaba por fuera de un mundillo, que probablemente era más hermético que el mundillo de hoy. Me causa mucha ternura y mucha alegría que chicas jóvenes la lean y se animen a transitarla porque la lectura de Aurora Venturini es una experiencia sensorial y tenés que poder abstraerte de la sintaxis, que no es la perfecta ni la esperada.
- El 20 de junio se cumple un año del fallecimiento de Juan Forn. ¿Cómo era trabajar con él?
- Enriquecedor. Si no aprendés con Juan, no aprendés. Fue una experiencia muy interesante para mí, una gran experiencia, y la colección creo que logró lo que nos habíamos propuesto con algunos títulos que funcionaron mejor que otros. Era un genio, un tipo que sabía muchísimo de literatura y que conectaba muy bien con lo que la gente podía leer y con eso que hablábamos al principio, con cierta responsabilidad sobre de lo que estás publicando: demos a conocer un autor que no sea traducido, rescatemos un libro que era buenísimo y que las editoriales dejaron de publicar porque están concentradas en las novedades. Cuando te decía lo de la responsabilidad me refería a eso, hay tanto libro tan bien escrito y vivimos en un momento en el que la novedad es lo que arrasa con todo en las librerías… bueno, esa propuesta de rescatar joyas literarias creo que funcionó súper bien y que la gente tiene a Rara Avis como colección, que era lo que queríamos.
PERFIL
Paola Lucantis es editora de ficción del sello Tusquets Editores.
También es coordinadora del sello Minotauro. Entre 2005 y 2017 fue la responsable de prensa y comunicación de Tusquets. También trabajó en prensa en la Feria del Libro, el Festival Ban! y el Filba.
Por Flavio Mogetta
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