14 Mayo 2022
Las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias fueron alumbradas por la Ley 26.571, en diciembre de 2009. Y esa norma nació de la derrota electoral del kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires y de la zozobra del radicalismo por la aparición de una tercera fuerza, que es la que se llevó el triunfo en el distrito electoral más importante de la Argentina. Y también en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Cristina Fernández de Kirchner había asumido en diciembre de 2007 y el año siguiente estuvo signado por el conflicto con el campo, que estalló a partir de la decisión del Gobierno de establecer un sistema de “retenciones móviles” a la exportación de granos (la famosa Resolución 125). Convertida en proyecto de ley, fracasó en el Senado con el voto “no positivo” de desempate emitido por el entonces vicepresidente de la Nación, Julio Cobos.
En 2009, el oficialismo decidió apostar todo lo que tenía en el territorio bonaerense. A la lista de diputados nacionales la encabezó nadie menos que Néstor Kirchner, secundado por Daniel Scioli (entonces gobernador de ese distrito), por Sergio Massa (entonces intendente de Tigre) y una gran cantidad de jefes municipales de esa provincia.
Fueron derrotados por Francisco de Narváez y Felipe Solá, candidatos de Unión PRO. Ese frente también se impondría en la ciudad de Buenos Aires (el jefe de Gobierno era Mauricio Macri), con Gabriela Michetti y Esteban Bullrich como cabezas lista.
La UCR, columna vertebral del Acuerdo Cívico y Social, resultó tercera en ambos distritos, que representaban la mitad del padrón total del país.
De Narváez había desplegado una apabullante campaña publicitaria: era entonces el dueño de América TV y del diario El Cronista. En simultáneo, su participación en la parodia “La Casa del Gran Cuñado”, un segmento del programa “ShowMatch”, de Marcelo Tinelli, habían sido centrales para la instalación de su figura.
Simultáneamente, tanto en el peronismo como en el radicalismo evaluaban que una presunta “dispersión de votos” les había jugado en contra, como consecuencia de la proliferación de partidos políticos “chicos”.
Justamente, la Ley 26.571 es el resultado de un consenso bipartidista, entre el PJ y la UCR, que apuntó contra las dos variables mencionadas: la oferta electoral y la publicidad proselitista.
Por un lado, la norma establece el mecanismo de Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, como tamiz previo a los comicios generales. Todas las fuerzas políticas que quieran competir en la votación nacional (con candidatos a diputados, a senadores o a Presidente y Vice, según el caso) deben participar de las PASO, inclusive las que presenten una lista única de postulantes. Para seguir en carrera, determina el artículo 45, tienen que obtener como mínimo el 1,5% de los votos válidamente emitidos en el distrito.
A la vez, el artículo 34 establece que los partidos “no pueden contratar en forma privada, publicidad en emisoras de radiodifusión televisiva o sonora abierta o por suscripción”. En adelante -fija el artículo 35- a los espacios de publicidad audiovisual y radiofónica los asigna, por sorteo, la Dirección Nacional Electoral del Ministerio del Interior.
Lo más popular
