12 Mayo 2022
El rugby femenino tucumano ha alcanzado cierta estabilidad en la curva de crecimiento a nivel superior, por lo que actualmente el trabajo de la Unión tucumana, a través de su respectiva Subcomisión, está orientado al fortalecimiento de sus raíces. Esto es, de sus divisiones infantiles y juveniles. Por eso es que este fin de semana, en el tradicional encuentro “Javier Albornoz” organizado por Los Tarcos, el rugby femenino infantil tuvo su espacio propio.
“Vamos abriendo camino de a poco. Hay mucha participación de las nenas en el rugby infantil y eso ya se está materializando en fichajes. Hay muchas hoy en diferentes clubes jugando rugby mixto infantil, ya que por reglamento pueden hacerlo hasta los 13 años. De hecho, yo entreno la M13 de Natación y esta semana llegó una chica nueva”, destaca José Rubino, Oficial de Desarrollo de la URT.
Rubino explica que estas actividades específicas dentro de eventos como un encuentro infantil o un torneo femenino de mayores apuntan a darle mayor visibilidad y difusión a esta realidad: cada vez son más nenas las que se animan a elegir el rugby. “Todavía existe un poco de esa mirada del rugby como deporte masculino, cuando la verdad es que cualquiera lo puede practicar, independientemente de su género o condición física. El rugby es muy inclusivo en eso”, resalta Rubino, quien contó con la estrecha colaboración de la cátedra de rugby de la Facultad de Educación Física.
Esa mayor apertura hacia el rugby femenino en edad infantil se vio reflejado en encuestas realizadas este fin de semana a 45 niñas que participaron (ver apartado). “Queríamos saber de dónde venían, si contaban con el apoyo de sus padres. Es importante ver cómo la mentalidad va cambiando de a poco. Los padres cada vez apoyan más a sus hijas en la práctica de deportes, sea rugby o cualquier otro”, constata el de Natación.
La actividad en Los Tarcos contó con la participación de las cuatro Yaguaretés que ganaron la medalla de plata en los Juegos Suramericanos de la Juventud en Rosario hace algunos días: Florencia Marín, Ariadna Aballay (ambas de Coipú), Constanza Entable y Lourdes Cabrera (ambas de Alberdi Rugby). “Las cuatro se comprometieron a venir y cumplieron. Son chicas del interior, que se tomaron un colectivo bien temprano para estar presentes, y por eso es más valorable aún el gesto de estar, de jugar con las nenas y transmitirles un mensaje de que persigan sus sueños como lo han hecho ellas. Es importante que las más grandes tomen conciencia de que son un espejo en el que las más chicas se reflejan”, remarca.
Los efectos de la pandemia fueron sensibles en la franja juvenil, que es la que se apunta a reconstruir, comenta Rubino. “En ese tiempo, hubo juveniles que pasaron a mayores, y al no tener un rugby infantil completo, se hizo difícil compensar. Por eso el reto hoy es armar la competencia juvenil. La Subcomisión está tratando de darle cada vez más competencia para que todas las chicas tengan la oportunidad de jugar”.
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