Un nuevo estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que 4,8 millones de empleos se perdieron en Ucrania desde el inicio de la invasión rusa, que lleva ya 12 semanas.
En el informe se asegura que si las hostilidades se intensificaran, las pérdidas podrían llegar hasta los siete millones, al tiempo que si cesan, se podrían recuperar alrededor de 3,4 millones.
Desde la web de la OIT se informa también que la economía ucraniana se vio afectada por el conflicto bélico y más de 5,23 millones de personas debieron refugiarse en países vecinos. De ese grupo, se calcula que 2,75 millones están en edad de trabajar, mientras que el 43,5%, es decir, 1,2 millones, trabajaban anteriormente y han perdido o dejado sus empleos.
La crisis en Ucrania también puede crear disrupciones laborales en los países vecinos, principalmente Hungría, Moldavia, Polonia, Rumanía y Eslovaquia. Si las hostilidades continúan, los refugiados ucranianos se verían obligados a permanecer en el exilio durante más tiempo. Esto supondría una mayor presión sobre el mercado laboral y los sistemas de protección social de estos Estados y la amenaza latente de un aumento del desempleo.
Las importantes perturbaciones económicas y de empleo que afectan a Rusia están teniendo importantes efectos en Asia Central, especialmente en los países cuyas economías dependen de las remesas enviadas desde tierras rusas, como Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán.