“Un día decidí denunciar en las redes sociales a Martín para que a otras chicas no les pasara lo mismo, pero jamás imaginé que muchas de ellas comenzaron a contactase conmigo para contarme lo que les había sucedido. Fue una reacción espontánea de víctimas que querían que se hiciera algo contra esta persona”, explicó V.G, la víctima que logró que la justicia condenara a Carlos Martín Naufe por amenazas y desobediencia judicial. “Fue tan fuerte que decidimos crear un grupo de WhatsApp para darnos fuerzas, ayudarnos y sacarnos toda la bronca que teníamos encima”, agregó la víctima.
No pasó muchos días para que las mujeres encontraran algunos puntos en común. Elegía a jóvenes profesionales o empresarias como parejas; divorciadas que tenían hijos pequeños; las golpeaba cuando perdía sumas importantes de dinero en el juego o cuando se encontraban de viaje. “Nos unió el espanto, literalmente”, reconoció V., cuya denuncia está siendo tramitada en la Unidad Fiscal de Violencia de Género II. “Por lo que ella hizo, muchas nos animamos a hacer lo mismo”, añadió en una entrevista con LA GACETA.
A V.G, la agredió en un hotel de Punta del Este, Uruguay. “A mí me llevó a uno de los hoteles más lujosos de Cafayate en Salta. No sólo me agredió, sino que también me ató en la cama”, comentó C.G. Por su parte, D.G explicó que le pasó lo mismo en Buenos Aires. “Una noche se fue a jugar y, como había perdido $ 40.000, llegó y me golpeó. Vino un conocido de la Policía Federal y no quise hacer la denuncia porque tenía mucho miedo de las consecuencias”, señaló.
Ambas contaron otro detalle. Las dos, después de que habrían sufrido lesiones de consideración, fueron llevadas a sanatorios para que fueran atendidas. Pero para ello, Naufe podría haber contado con la colaboración de un amigo al que conocían Daniel. “Siempre nos llamó la atención esa situación. No fue una vez, sino dos. A mí me quebró dos costillas y a la otra chica le aplicó un fuerte golpe en la cabeza que, en un principio, podía haber sido algo más grave”, indicó D.G.
Y hay más: ambas mujeres se estaban divorciando y temían denunciar porque esta situación les podría generar problemas en esos procesos judiciales. “Nos amenazaba hacerles algo a nuestros hijos. En mí caso estaba espantada porque no quería tener más inconvenientes”, indicó C.G. A. “Mi situación fue mucho más grave porque hasta me dijo que me robaría a mi hijo. Fue una pesadilla y me cuesta revivirlo”, indicó.
Todas las víctimas reconocieron que Naufe podría haber recibido apoyo familiar. “No sólo nos pedían que no lo denunciamos, sino que en mi caso hasta me restituyeron las cosas que rompía cuando se ponía violento. Aparentemente el padre era el que ponía el dinero”, dijo C.G. También fueron los familiares los que solicitaban no accionaran penalmente contra el acusado. “Una vez una mujer que dijo ser amiga me pidió que bajara las publicaciones porque estaba dañando a toda una familia. Le dije que no lo haría porque sabía a qué me estaba exponiendo”, explicó V.G.
“También sabemos que intentó conquistar a otra chica. Salieron una vez y a ella sospechaba algo raro de él, por lo que no aceptó ninguna otra cita. Tenemos los audios con los insultos que le propinó porque lo rechazaba. Usos unas frases muy violentas”, explicó la abogada que logró que se le dictara la primera condena.