Hay acuerdo sobre los aspectos técnicos. Los detalles, las obras que hay que hacer, los proyectos, los posibles obstáculos... todo ha sido previsto. Hasta se cuenta con una estimación de costo que supondrá la obra. Solo falta la decisión política. Que las principales cabezas de las jurisdicciones implicadas se reúnan y se pongan de acuerdo. Es por eso que todavía no hay fecha para levantar la rotonda de la caótica intersección de las avenidas Belgrano-Perón y Camino del Perú.
Esa área es una suerte de triple frontera que pertenece a las municipalidades de la capital y de Yerba Buena y a la Dirección Provincial de Vialidad. No hay dudas respecto de la necesidad de levantar la rotonda para ampliar la calzada y darle mayor fluidez al tránsito, que ha ido ganando en complicación a medida que fue aumentando el parque automotor de la provincia.
Decisión tomada
“Los equipos técnicos de Yerba Buena, de la capital y de Vialidad vienen desde hace rato haciendo su trabajo. Los proyectos están. También está tomada la decisión de levantar la rotonda. Pero tienen que reunirse los intendentes, Germán Alfaro (San Miguel de Tucumán) y Mariano Campero (Yerba Buena) y el director de Vialidad (ingeniero Ricardo Abad) para decidir cuándo se va a hacer la obra, cómo se va afrontar la financiación cuál será el sistema de contratación”, explicó Alfredo Toscano, secretario municipal de Obras Públicas de la capital.
El ingeniero Abad coincidió con este planteo. “El proyecto original es nuestro, de Vialidad, y entiendo que tanto la Municipalidad de San Miguel de Tucumán como la de Yerba Buena están con la intención de llevar a cabo la obra, pero no sé más nada del tema. No sé quién la va a financiar, no tengo más información. Es posible que los técnicos estén trabajando juntos, porque siempre estamos en contacto, pero a nivel institucional no tuvimos ninguna conversación sobre el tema”, subrayó el funcionario provincial.
“La rotonda, en su momento, tenía el objetivo de distribuir el tránsito con más fluidez, pero eso fue hace 20 o 25 años, con un volumen de vehículos muy inferior al actual. Hoy esa esquina es muy angosta para el tránsito que circula. La capacidad de la intersección está afectada por la presencia de la rotonda; en la medida que tengamos más espacio para hacer el giro libre a la derecha y para que el número de carriles coincidan, el tráfico va a ser más fluido”, destacó Abad al justificar la necesidad de la obra.
Qué obras se harán
Los proyectos técnicos están tan avanzados que ya hay un presupuesto estimado de lo que costará la obra. A valores de hoy serían casi $ 50 millones, según informó Toscano. El funcionario municipal explicó que el primer paso de las obras será la demolición. Hay que remover la rotonda.
Cuando se haga esto se verá de qué modo está hecha. Porque una rotonda, por lo general, lleva un piso de hormigón simple, debido a que no tiene que soportar el tránsito de vehículos. De ser así, hay que hacer una base de hormigón como requieren las calzadas. “Es lo que se llama una traza vial. Hay que compactar, sedimentar, poner malla y después el hormigón”, detalló Toscano.
También hay que replantear el complejo semaforizado, ya que actualmente los semáforos están ubicados en función de la rotonda y hay que ponerlos en función de las avenidas que se cruzan. Esto también llevará a replantear la ubicación de las columnas de iluminación. Después se harán las dársenas de distribución, como en toda intersección de avenidas. Finalmente, se harán las tareas de demarcación, señalización y cartelería.
Pero, habrá que hacer una tarea extra un poco más complicada, ya que por debajo de la rotonda corre un desagüe pluvial. Según explicó Toscano, se construirá una batería de imbornales y fosas de captación, que permitirán encauzar el agua que baja de la avenida Perón y llevarla al canal San José que desemboca en el canal Sur.
Todos estos trabajos podrían tener un plazo de construcción de entre tres y cuatro meses, dijo el funcionario municipal.