Las rotondas son estructuras viales hechas para facilitar la circulación vehicular en cruces de caminos. La idea es ordenar el tránsito, hacerlo más fluido y también aportar a la seguridad de autos y peatones. En la rotonda en la que confluyen las avenidas Perón y Belgrano y el Camino del Perú, ninguna de estas premisas se cumple: en los semáforos hay filas de hasta cuatro cuadras; motos, bicis, autos y colectivos no respetan los altos, y los peatones cruzan a las corridas temiendo ser embestidos.
Este problema no es nuevo. Con el crecimiento urbano y comercial de las zonas adyacentes (recordemos que por allí circulan vecinos de capital, Yerba Buena y Tafí Viejo) la situación, que ya era crítica, empeoró. No es raro que escuchar bocinazos o aceleradas en hora pico, o que para cruzar los peatones deban encomendarse a varias deidades. No hay control, ni paciencia, ni respeto por las normas. Es un sálvese quien pueda. Y, al parecer, la única alternativa es quitar la rotonda. De hecho, la Dirección Provincial de Vialidad (DPV) y los municipios de San Miguel de Tucumán y Yerba Buena ya están trabajando en ello.
Un pensamiento unificado
“Lo que complica todo es el flujo de vehículos que hay, ya que acá desembocan Yerba Buena, la capital, Tafi Viejo y todos los barrios privados. El flujo es mucho y los semáforos son cortitos... En horario pico es una locura; tenés que esperar tres o cuatro semáforos para cruzar”, contó a LA GACETA el taxista Oscar González, mientras esperaba la ansiada luz verde para avanzar. “Nosotros (los taxistas) tratamos de evitarlo, pero a veces es imposible”, advirtió.
Al ser consultados por LA GACETA, todos los conductores opinaron lo mismo. Demasiada circulación vehicular. “Es alta la densidad del tráfico; eso te hace demorar. No se trata sólo de la rotonda o sólo de los semáforos... es mucho de todos lados. Tendría que haber una alternativa, otra vía para descongestionar”, reflexionó Edgardo Sosa.
“La rotonda es un tapón; y tiene que ser eliminada”, resumió Enrique Romero, subsecretario de Tránsito de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán. Y ese es el pensamiento de todos: “El parque automotor se ha incrementado muchísimo, y eso lo impulsó la urbanización de la zona. No hay otra alternativa más que agilizar la zona, y eso se logra levantando la rotonda”, dijo Rodolfo Ocaranza, secretario de gobierno de la Municipalidad Capitalina. “Es, más bien, un embudo. En cada mano pueden entrar tres o cuatro autos frenados, pero una vez que arrancan se tienen que reducir a uno o dos, y eso retrasa mucho el tránsito”, aseguró Manuel Courel, Jefe de Gabinete de la Municipalidad de Yerba Buena
La noticia que se esperaba
Ayer se publicó un informe de la Municipalidad capitalina sobre la situación actual del complejo semaforizado en avenida Belgrano y Camino del Perú. Según se indica, en horarios pico circulan entre 3500 y 3800 vehículos por hora. “Esta saturación vehicular se da en horas de la mañana en el movimiento del norte; en horas del mediodía en movimiento del oeste; y por la tarde en el movimiento del este, repitiéndose esta situación en horas de la tarde-noche, pero no en forma tan intensa”, expuso el documento.
Aunque sería factible modificar la duración de algunos semáforos para descongestionar alguna de las vías, hacerlo “es muy complicado”, indicaron. La alternativa, otra vez, es la misma: “la situación mejorará muchísimo en el momento en que en dicha intersección se quite la rotonda existente”, alertaron.
Y eso es lo que se está planteando. El martes, el intendente de Yerba Buena Mariano Campero adelantó a LA GACETA que ambas municipalidades ya tuvieron reuniones para, finalmente, “levantar” la rotonda. La información fue confirmada por Courel, que explicó que sobre esa glorieta hay una triple jurisdicción: la DPV, San Miguel de Tucumán y Yerba Buena. “Cualquier cosa que se haga tiene que tener conformidad de las tres partes. Hay un proyecto para quitar la rotonda; fue hecho por Vialidad -relató-; ese proyecto nos lo entregaron a nosotros y se los dimos a la Municipalidad de San Miguel de Tucumán. Ahora la DPV pidió algunas correcciones sobre ese documento, que las está tratando la municipalidad capitalina”. Una vez que el proyecto tenga el visto bueno de los tres actores, se iniciarán las conversaciones para licitar las obras y poner en marcha el plan.
La noticia también fue ratificada por Ocaranza, que aseguró que el proyecto ya está listo, con las modificaciones necesarias. “En lo que respeta a San Miguel de Tucumán, no hay otra alternativa más que la de quitar la rotonda; eso va a agilizar el tránsito. Además, con este plan se prevé una colectora y otras medidas. No es sólo sacar la rotonda y poner cuatro semáforos”, adelantó.
“Se va a hacer”, indicó tajante. “Ya tenemos todo el informe técnico, y este viernes nos hacen llegar el proyecto ejecutivo, que habla de metros, formas de realización y costos -dijo-; no podemos decir un plazo de ejecución de obras porque tenemos que ponernos de acuerdo entre los municipios. Como es una obra conjunta, las aplicaciones y las contrataciones tenemos que hacerlas juntos”
Hay que decirlo: no es la primera vez que se propone eliminar la glorieta. En 2017, luego de se instalaron los semáforos para organizar la circulación, se empezó a opinar sobre la apremiante necesidad de hacer desaparecer la rotonda, cómo se había hecho en 2009 con la que se ubicaba en la intersección de avenidas Mate de Luna y Aconquija. En ese momento, de hecho, se anunció un proyecto entre la DPV y los municipios. Pero nunca se llevó a cabo. Hasta ahora.