Por Gustavo Rodríguez
05 Mayo 2022
POSTURA. Los defensores del golfista cuestionaron duramente el testimonio de una joven que declaró haber sido testigo presencial del accidente donde perdieron la vida dos rondines en avenida Mate de Luna. La Gaceta / Foto de Matías Quintana
En la investigación del caso hay un misterio que todavía no pudo ser revelado. La identidad de los dos taxistas que fueron testigos presenciales del accidente que protagonizó Armando Zarlenga en el que murieron dos rondines, ya que hasta el momento no pudieron ser identificados para que presten declaración en la Justicia.
Hasta el miércoles se conocía que un conductor de un auto de alquiler, según el testimonio de Raúl Flores, compañero de trabajo de las víctimas, fue ese hombre el que logró detener al golfista cuando habría intentado escapar. Ese chofer, hasta el cierre de esta edición no había sido ubicado por las autoridades. El testigo tampoco pudo precisar mayores detalles sobre las características del vehículo que aportó.
Pero el miércoles el querellante Carlos Herrera presentó la declaración de una testigo que aseguró haber visto cómo se produjo el accidente. En el nuevo código procesal, que es de corte adversarial, se permite que cada parte arme su legajo investigativo y luego es presentada en las audiencias. Después, en el control de acusación, se define si es o no pertinente que declare en el juicio.
Los dichos
Según la testigo, después de haber terminado con su trabajo, tomó un taxi para dirigirse hacia su hogar por Mate de Luna. “Cuando me subo, veo pasar una camioneta blanca muy rápido”, detalló M.R. Indicó que ese vehículo sorteó el semáforo de avenida Adolfo de la Vega “estando en rojo”, y que hizo lo mismo más adelante, en la intersección con Ernesto Padilla”. “Por eso me llama la atención. Y ahí, cuando lo miro, veo que (la BMW) aumentó la velocidad, ya cuando pasa el badén que se encuentra en ese punto, continuando con un zigzagueo por el medio de la calle”, advirtió.
Agregó: “unos metros más adelante, la camioneta se pasó al carril de la derecha”, siempre en la mano de la avenida que va hacia el este. “Luego, veo que chocó bruscamente una motocicleta desde atrás, la cual circulaba en el mismo sentido por la Mate de Luna”, añadió.
M.R. expresó que sintió un ruido “como una explosión, fuertísimo”. Y describió una escena dramática. “Vi cómo un chico salió despedido por el aire; mientras tanto, había otro chico que era arrastrado varios metros por el vehículo. Quiero aclarar que noté que la camioneta no intentó parar en ningún momento; es decir, no frenó”, aseguró la joven.
Según su relato, el taxista que la llevaba a su casa comenzó a llamar a la Policía, “desesperado”. “Yo quedé en shock. Jamás había vivido algo así. Veía desde mi lugar que los chicos estaban muertos. Yo siempre los cruzaba trabajando allí, porque paso seguido por el lugar”, detalló. El conductor del vehículo en el que se trasladaba la joven por ahora tampoco pudo ser ubicado por las autoridades.
La defensa de Zarlenga cuestionó los dichos de la testigo. “Estos son momentos de introducir verdades, no mentiras en el proceso si es que realmente se quiere saber qué es lo que sucedió”, aseguraron Camilo Atim y Ernesto Baaclini. “Sus dichos son contradictorios con lo relatado por Flores. Él dijo que sólo se detuvo un taxista y que lo ayudó a detener en la puerta del automóvil, no corriendo en la vereda como señaló la joven en el escrito presentado por uno de los querellantes. También señaló que sólo había un taxi, y ahora son dos”, agregaron.
“Además, si es cierto que nuestro defendido venía a alta velocidad, para presenciar el accidente, el taxi que se desplazaba ella también debería haber venido fuerte. No es bueno que en estos momentos se presente ese tipo de testimonios dudosos”, finalizaron Atim y Baaclini.
Diligencias
El fiscal Pedro Gallo ordenó que se tratara de averiguar quiénes son los taxistas que podrían haber presenciado el accidente. Está dispuesto a darles todas las garantías para no quedar expuestos.
“Muchas personas prefieren ni pararse en un accidente para no tener problemas ni estar obligados a concurrir a tribunales. Muchos, erróneamente piensan que lo que puede ser un servicio a toda la comunidad, se termina transformando en una carga”, destacó Jorge Lobo Aragón.
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