Después de que la Corte Suprema de Justicia declarara la inconstitucional de la ley sancionada en 2006 para regular al Consejo de la Magistratura, el oficialismo nacional reforzó sus críticas al Poder Judicial y la vicepresidenta Cristina Fernández Kirchner habilitó en el Senado de la Nación la discusión por la conformación del organismo.
En este contexto, las comisiones de Asuntos Constitucionales y Justicia y Asuntos Penales de la Cámara alta retomarán hoy la discusión de los proyectos presentados para establecer un nuevo número de integrantes. Esta actividad contará con la participación de especialistas y se realizará un día antes de una nueva marcha, motorizada por organismos de derechos humanos y sindicatos, que tendrá lugar en Tribunales contra los jueces del máximo tribunal.
A raíz de esta discusión que avanza en el Congreso, Ezequiel Nino, codirector de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia y profesor de la UP, aseguró que los últimos movimientos realizados en torno a la reforma del Consejo tensaron los vínculos políticos y las demoras del Poder Ejecutivo para proponer la quinta integrante -tras la salida de Elena Highton de Nolasco- “complica la conformación de mayorías” en la Corte. En diálogo con LA GACETA, el profesional puntualizó que el funcionamiento de este órgano con sus actuales integrantes (Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda, Ricardo Lorenzetti) y una vacante “no interfiere en el servicio de justicia”.
“Por las características de la Corte, cinco miembros es mejor que nueve porque caso contrario implicaría que cada expediente sea visto por más integrantes. Si se mantiene el formato, es mejor cinco que nueve. Ahora, si se reformaran algunas pautas de y se divide la Corte en salas y se dividen tareas, sí resultaría mejor sumar miembros”, remarcó.
En torno al debate por la cantidad de personas que deben integrar el máximo tribunal, Nino enfatizó que esto no se trata de un asunto de cantidad y calificó a esa discusión como un “mito” o una “bomba de humo”. “Lo que puede hacer que la Corte funcione mejor es la decisión política del Poder Legislativo y el Judicial. Por ejemplo, la Corte de Estados Unidos, con una ingeniería similar a la de Argentina, solo toma algunos casos para intervenir”.