Inspectores de la Municipalidad de la Capital salieron a controlar la alcoholemia de los choferes de colectivos, pasado el mediodía, luego de que se dejara sin efecto el paro dispuesto por la Unión Tranviarios Automotor (UTA). El resultado fue de dos unidades secuestradas debido a que sus conductores estaban bajo los efectos del alcohol.
Lo confirmó el subsecretario de Tránsito y Transporte de la Municipalidad, Enrique Romero, quien presenció el operativo sorpresa llevado adelante. Y aportó precisiones de los dos casos detectados.
El primer control tuvo lugar en Marcos Paz al 400, donde se le pidió al chofer del interno 18 de la línea 140 que sople la pipeta. El resultado sorprendió a los inspectores y a los pasajeros: 1,239 gramos de alcohol en sangre.
En ese instante, todos debieron descender del ómnibus, que quedó secuestrado. Y las personas que viajaban en esa unidad debieron esperar al siguiente colectivo.
Momentos después, "un llamado telefónico alertó sobre el olor etílico que despedía el chofer de la línea 130, interno 15", comentó Romero. Cuando se aproximaba a la Terminal de Ómnibus, el conductor advirtió la presencia de los inspectores y abandonó el micro. El funcionario precisó que tenía 0,168 gramos de alcohol en sangre.
En ambos casos los colectivos quedaron secuestrados y se les retuvo las licencias de conducir a los choferes.