Leo Goldstein presenta su tributo a Chacho Echenique

Leo Goldstein presenta su tributo a Chacho Echenique

“Silencio puro” recupera distintas composiciones del integrante del Dúo Salteño. Entrar al folclore por placer de la poesía. La docencia.

Leo Goldstein presenta su tributo a Chacho Echenique

El nombre del disco de folclore que está ultimando Leo Goldstein es “Silencio puro”, lo que suena a una contradicción al referirse a una producción musical en homenaje a la obra de Chacho Echenique.

“Se llama así por el fragmento de la letra de ‘Doña Ubenza’, donde dice ‘borrando huellas a mi dolor/ silencio puro es mi corazón’. Siento que estamos abordando el corazón del Chacho, y ese silencio puro es su visión sobre ese personaje, bien metido dentro de la puna. Me lo imagino como un nirvana, un estado de éxtasis en el que no hay sonido, una hoja en blanco para volver a componer”, le dice el músico a LA GACETA.

Nacido en Buenos Aires y radicado en Salta desde comienzos de siglo, esta noche Goldstein se presentará en CiTá Abasto de Cultura (La Madrid 1.457) desde las 22. Su recital será en formato solista con su piano, aunque como invitados especiales estarán Diego León, Tutty Otero Mendoza y Candelaria Rojas Paz (“es una gran poetisa a quien quiero mucho, que me hizo conocer Tucumán y sus artistas y creadores”, destacó Leo).

- Venís del rock y del jazz, ¿qué te dieron esos géneros?

- El rock y el jazz me aportaron la espontaneidad, la improvisación, el tocar sin partitura y conocer y seguir los ritmos de la música popular, que es de donde vengo. Estudié música clásica, pero en las últimas dos décadas y pico, esos fueron los géneros que más toqué.

- ¿Vivir en Salta es una invitación a hacer folclore?

- Claro que sí, pero siempre me gustó mucho el folclore, y cuanto más grande me hice más me gustó y más me acerqué a él. La cuestión es que al venirme a vivir a Salta, le fueron llamando de distintos grupos para tocar y para grabar y fui aprendiendo de ellos. Mejoré y descubrí cómo acompañar una zamba o una chacarera al piano, sobre lo que no hay mucho escrito. Fui fogueándome con maestros, aprendiendo de ellos. Al principio entré más por la poesía, me deslumbraron sus escritores. Me encanta la música del norte, pero no me sale lo tradicional.

- ¿Ya todo es una fusión de estilos o quedan rincones puristas?

- Hay fusión en los sonidos en mi abordaje al folclore, pero nunca abandonando los ritmos originales ni dejando de lado lo genuino de su armonía. No se trata de una fusión jazzera, sino más bien folclore con toques de jazz por la orquestación. No trabajo con guitarra ni violín. Somos muy respetuosos, pero tampoco soy un purista de los estilos, en ningún caso. No me gusta ser un Chalchalero, sino encontrarme en lo que voy abordando.

- Dedicarte al Chacho es casi una declaración de principios, su impronta marca una nueva era folclórica.

- Totalmente, fue un renovador al romper sus formas, siempre con melodías y poesías bellísimas, como sus colaboraciones con Armando Tejada Gómez. Acompañé al Chacho en 2017, en la Serenata a Cafayate, y quedé fascinado con su persona; por eso decidí emprender este homenaje, que es una celebración en vida de su música. Tiene la cabeza súper abierta. El disco que tengo en producción consiste en ocho temas que, a mi entender, son los más representativos, además con versiones que no están muy grabadas, aparte de lo que hizo con el Dúo Salteño. Mi idea es que se los puedan encontrar rápidamente en un mismo trabajo.

- Aparte de “Silencio puro”, ¿en qué anda tu música?

- Hice un EP de seis temas que se llama “Tripmica”, donde también hay un tema de candombe, que es otro de mis ritmos preferidos. Y además estoy con mi banda Time of Roots, de ska andino, con la que estamos grabando otro material.

- Sos docente de música, ¿qué se le debe enseñar a los alumnos en tu materia?

- Soy profesor de terciaria, en el Profesorado de Educación Musical, por lo que le enseño a futuros docentes. Lo que trato de transmitir es que tengan apertura musical, que traten de abordarla desde todos los lados, desde lo académico hasta lo popular. Utilizo autores como María Elena Walsh y Atahualpa Yupanqui, blues y mucho más. Trato de variar bastante. Los alumnos me enseñan todo, es un encuentro muy enriquecedor para saber cómo enseñar, qué es lo importante y qué no.

- Pregunta recurrente: ¿se vive siendo artista?

- Se puede vivir de la música, no es una locura proponérselo; eso sí: hay que luchar por poner el arte en el lugar que se merece.

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