La guerra en Ucrania: “Es el fin de la globalización”

La guerra en Ucrania: “Es el fin de la globalización”

Un fracaso europeo.

22 Abril 2022

La guerra en Ucrania ha mostrado las limitaciones del enfoque alemán de décadas de intentar cambiar a Rusia a través del comercio y augura el fin de la globalización tal y como la conocemos, considera el Comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni.

En su intervención en el Instituto Peterson de Washington, Gentiloni dijo que la invasión rusa de Ucrania también reconfigurará las alianzas mundiales y pondrá más presión en las cadenas de suministro mundiales, ya frágiles tras dos años de pandemia.

“La noción de 'Wandel durch Handel', de provocar el cambio a través del comercio, ha mostrado sus limitaciones”, sostuvo Gentiloni, refiriéndose a la política de Alemania hacia los Estados de Europa del Este iniciada a principios de la década de 1970. “Tenemos que replantearnos nuestras relaciones con los regímenes autocráticos y reforzar nuestros vínculos con socios afines”, agregó.

Durante décadas, Alemania ha mantenido estrechos lazos económicos con Moscú, haciéndose muy dependiente de su gas, petróleo y carbón, una política que ahora dificulta que Europa deje de comprar energía rusa y, por tanto, deje de financiar indirectamente la invasión rusa de Ucrania.

“Esta crisis remodelará las alianzas mundiales”, dijo. “La guerra y sus consecuencias -incluidas las sanciones que la UE y Estados Unidos han impuesto a Rusia- están exacerbando las presiones sobre las ya tensas cadenas de suministro mundiales”, destacó.

Gentiloni consideró que la invasión también obligó a la UE a aumentar el gasto en defensa, además de la ya importante inversión prevista en la lucha contra el cambio climático y la adaptación de la economía a la era digital.

Este gasto podría tener que reflejarse en las normas fiscales de la UE que ahora se están revisando y posiblemente en algún nuevo endeudamiento conjunto, siguiendo el modelo del fondo de recuperación post-pandemia de 800.000 millones de euros de deuda conjunta.

“Estamos hablando de movilizar cientos de miles de millones de inversiones adicionales cada año. Aunque la mayor parte de estas inversiones deberán proceder del sector privado, su financiación requerirá un marco de normas fiscales más favorable y, potencialmente, nuevas herramientas a nivel europeo”, dijo. Alemania y otros países del norte de Europa se oponen firmemente a este nuevo endeudamiento conjunto. (Reuters)

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