El Gobierno de Shanghái dispuso este miércoles una "flexibilización" de sus medidas sanitarias, a pesar del aumento de muertes causadas por un brote de coronavirus que hace mella en la economía nacional.
Las medidas del confinamiento, previsto inicialmente para cuatro días, han provocado problemas en las cadenas de suministro y han hecho parar la producción de numerosas empresas.
Ante esta situación, las autoridades municipales decidieron cierta relajación en el confinamiento domiciliario de los 25 millones de habitantes para que más de 12 millones puedan salir de casa, pero sin moverse de su barrio, dijo el funcionario de salud local Wu Ganyu.
En conferencia de prensa, agregó que el virus estaba por primera vez "bajo control efectivo" en algunas parte de la ciudad, informó la agencia de noticias china Xinhua.
El grado de movimiento permitido suele depender de la tolerancia de los voluntarios del Partido Comunista, que aplican con más o menos celo las medidas anticovid.
El gigante asiático sigue defendiendo la estrategia de tolerancia cero con el coronavirus y muestra mucha prudencia ante los contagios, especialmente entre personas mayores, más vulnerables y menos vacunadas.
Sin embargo, estas medidas no consiguieron contener el brote de Shanghai, que registró 18.000 nuevos casos en las últimas 24 horas y siete nuevas víctimas mortales, todas ellas con patologías previas y cinco de ellas mayores de 70 años, informaron autoridades.
Desde marzo, afectada por la variante Ómicron del virus, Shanghai ha registrado más de 400.000 infecciones y 17 fallecidos, los primeros anunciados el lunes.