Gonzalo Cabrera Terrazas
LG Deportiva
Cuando un deportista decide retirarse, gran parte de los fanáticos y sus colegas se entristecen ante la idea de no poder disfrutar más sus cualidades. Sin embargo, a veces ese descanso no salió como esperaban y deciden nuevamente probar suerte, regresando a la máxima competencia, con el deseo de volver a tocar el cielo con las manos, o por necesidad económica.
El caso más reciente lo tiene la ex tenista Gabriela Sabatini. La campeona del US Open, decidió volver a las canchas con 51 años, tras su retiro en 1996. Una invitación al certamen de dobles de Roland Garros “Leyendas de París”, fue más que suficiente. No hace mucho tiempo, fue Sergio “Maravilla” Martínez el que sorprendió con la novedad de su vuelta al boxeo. Si bien no se trata de regresos de características similares, verlos en acción ya es un placer.
En Tucumán el tema de los regresos tiene muchos protagonistas. Uno de ellos fue el de Carolina Schwab, jugadora de la selección nacional de voley. En Tucumán de Gimnasia jugó hasta los 35 años. Sin embargo, en un momento de su carrera tuvo que abandonar su pasión, por dos motivos: se casó y posteriormente quedó embarazada. Pero, lejos de olvidar el deporte por completo, una vez que nacieron sus dos hijos (Pablo y Sofía), optó por volver al ruedo.
En rugby, quien decidió volver por la ovalada fue el ex Puma José María Núñez Piossek. El wing tomó la decisión de colgar los botines de manera profesional, en 2010, con 33 años. Sin embargo, el deseo de seguir lo llevó a regresar en 2013 para jugar en el equipo de sus amores: Huirapuca. “Jugué para salir campeón y dejé. Iba a volver para jugar con mi hijo en 2020, pero empezó la pandemia”, dijo Piossek de 45 años. “Lo que te hace dejar es la edad misma. Uno es grande y le juegan las lesiones. Estás golpeado. Volví porque me pedían de Huirapuca para acompañar a los más chicos. Uno vuelve por diversión, para pasarla bien y recordar momentos”, añadió el nacido en Concepción.
Otro que volvió al rugby fue Carlos “Carloncho” Cáceres. El ex capitán de Los Naranjas y de Lawn Tennis se despidió en 2018 y, tras cuatro años, decidió retornar a lo que lo apasiona.
En los motores hay múltiples historia. La de Ramón “Lalo” Olaz, es una. Con 62 años, el ex corredor de pista actualmente compite en rally. Tal es su pasión por los autos, que aseguró que intentará correr hasta donde pueda.
En fútbol, César Montiglio, que supo brillar en Atlético, se mantuvo en buen estado físico y disputó varios partidos con Atlético Concepción hasta su retiro en Güemes de Santiago del Estero. Ahora, luego de 20 años, volverá a jugar un torneo local con Almirante Brown, en la Liga Tucumana.
La lista de grandes deportistas que decidieron declinar su decisión es interminable. Su corazón dijo sí, cuando su mente y físico, entregaban otra respuesta. En la vida, siempre habrá segundas oportunidades y los deportistas, con el deseo de seguir en lo más alto, intentan no desaprovecharla.
ALGUNOS CASOS RECONOCIDOS
En el fútbol
Pelé estuvo sin jugar entre 1972 (tenía 32 años (lo hizo en Santos) y 1975 (jugó en Cosmos).
Juan Sebastián Verón se retiró en 2014 (39 años) y volvió en 2016.
Claudio Caniggia dejó la actividad en 2007 (40 años) y volvió en 2012.
René Higuita dejó en 2004 (38 años) y retornó en 2007.
En otros deportes
En básquet, Michael Jordan estuvo sin jugar entre 1993 (tenía 30 años) y 1995, y entre 1999 (36) y 2001. Lance Armstrong no corrió en ciclismo entre 2005 y 2009. El nadador Michael Phelps no compitió entre 2012 y 2014 y su colega Ian Thorpe dejó en 2006 (24 años) y volvió en 2011. Niki Lauda dejó de correr en F-1 en 1979 (30 años) y retornó en 1982. Michael Schumacher abandonó en 2006 (37 años) y regresó en 2010.
En el tenis
Kimiko Date, en 1997, dejó las canchas a los 27 años. Volvió en 2009.
Björn Borg decidió abandonar en 1982, con 26 años y retornó en 1991.
Martina Hingis dejó a los 22 años, en 2002 y en retornó en 2006. Abandonó otra vez en 2007 y protagonizó otro regreso, en dobles, en 2013.
Gabriela Sabatini dejó el tenis en 1996 (26 años); decidió volver este año en dobles de leyendas en Roland Garros.
En el boxeo
En un deporte que registra numerosos retiros y regresos, hay algunos casos reconocidos. Ray Sugar Leonard se retira en 1982 (26 años) y protagonizó cuatro regresos, el último de ellos en 1997. George Foreman estuvo sin pelear desde 1977 (29 años) y 1987. Sergio “Maravilla” Martínez dejó en 2014 (39 años); en 2020 regresó al cuadrilátero, con 45 años.
PUNTOS DE VISTA
El desafío de ganar es necesario para el deportista
Graciela Di Benedetto Puerto
Especialista en Nutrición y Medicina del Deporte
Nosotros, frente a todo deportista, tenemos que considerar una condición física, corporal y una emocional, que no es orgánica. En esa condición, está incluido todo lo que implica para ese deportista la realización en su carrera.
Cuando llegan a cierta edad, en la que los límites biológicos le empiezan a mostrar que su rendimiento es subóptimo, se toman decisiones de suspensión o finalización de esa carrera, que a veces se puede interpretar como apresurado. Lo que ocurre en ese período, es que hay una pérdida de rol, porque evidentemente esta persona no está preparada para afrontar la suspensión de su actividad. Estos son casos esporádicos. No cualquier deportista hace esto.
Es muy importante que, cuando estén en un nivel profesional, trabajen con un psicólogo del deporte porque los hace ver con mayor claridad los caminos de fortalecimiento. Esto para que, al retirarse, lo ayude a construir ese duelo, de manera no traumática.
Eso va a tener una repercusión nutricional, con aumento del apetito y sedentarismo, el cual va a modificar la composición corporal, con aumento de grasa y perdida muscular.
La construcción de la vida de un deportista es un terreno altamente competitivo. El desafío de ganar es necesario para él.
Correr me mantiene joven, con vida y con ganas de luchar
Ramón “Lalo” Olaz
Corredor de pista y de rally
Hace unos seis años paré de correr y después, antes de la pandemia volví, en una carrera en la que tuve que abandonar faltando 3.000 metros para ganar la general. El año pasado tuve otro retorno. Empecé a los 15 años, como acompañante de mi tío “Semilla” Palermo. Yo trabajaba incluso con él, en el armado del auto y otras cosas. Desde chico, junto con mi padre, también íbamos a todas las carreras. Prácticamente, toda la vida estuvimos cerca y arriba de un auto de carreras.
En el caso mío, si por mí fuese, no dejo de correr nunca. Realmente eso me mantiene en actividad y con ganas. Uno se apasiona de esto. Hasta cuando me den las fuerzas yo creo que seguiré acelerando un coche.
Correr me mantiene joven, con vida y ganas de luchar. Pero además me estimula ser papá de una chico de sólo cinco años, John. En total, tengo tres: los más grandes son Pablo y Peter, de 37 y 29 años. Por ellos es que también me mantengo con mucha vida a mis 62 años. Aparte, las ganas de acelerar no se me han pasado nunca. Esa es la verdad.
Si paré en algún momento, normalmente fue por cuestiones económicas o por algún tema de enfermedad, sumada la pandemia. En este deporte que me gusta, a veces el presupuesto no te da y no se puede hacer todo lo que uno pretende.