Las lluvias intensas que castigaron en las últimas horas al interior tucumano reavivaron los temores a desmadres de ríos y canales en varias comunidades. En Villa La Trinidad el aguacero estuvo acompañado de una intensa granizada que solo causó susto en la población. No se reportaron daños en viviendas. En Río Chico, Santa Ana y Alto El Puesto los vecinos se mantenían alertas al persistir el mal tiempo. Además, los pronósticos no eran alentadores. Estas poblaciones sufrieron graves anegamientos el mes pasado. Las más castigadas fueron Río Chico y Colonia Uno de Santa Ana.
Las aguas del río Chico que pasa pegado a esas comunidades salieron de su cauce. El desborde afectó a más de 200 familias que fueron sorprendidas por torrentes de más de un metro que ingresaron a sus viviendas. Los damnificados se autoevacuaron e instalaron en la ruta 332 en carpas improvisadas. Ahí permanecieron hasta que el espejo de agua se diluyó. “Ahora la mayoría se preparó para otra posible inundación con bolsas llenas de arena que son colocadas en las puertas de las casas. De esta manera se procura evitar que el agua entre y nos destruya lo poco que nos quedó de la vez anterior”, comentó Mario Mendoza, de Río Chico.
La mayoría perdió ropas, colchones, muebles y electrodomésticos. “Esta historia es de nunca acabar. A veces dan ganas de huir de aquí. Pero para eso hay que tener donde ir”, planteó angustiado el hombre. La provincia instrumentó días después de la anegación un amplio operativo de asistencia a los damnificados. También encaró tareas de limpieza de canales y acequias de desagües que estaban taponadas por basuras y matorrales.
También se efectuaron algunos trabajos de reforzamiento de defensas del Chico. Sin embargo los lugareños insisten en la necesidad de trabajos más profundos y planificados en el cauce. El comisionado comunal, Diego Reales, anunció para Río Chico la instrumentación de un proyecto financiado por la Nación que contempla la reurbanización del acceso a ese paraje ubicado a orillas de la ruta 38 y del Chico. Según preciso, la iniciativa comprende la apertura de desagües a través de la carretera en razón de que los existentes son escasos, reducidos y cuando llueve se estacan y la 38 se transforma en una especie de dique. También se construirán otros a lo largo de la 332.
En Alto El Puesto la lluvia que cayó ayer agitó a los lugareños aún golpeados por las penurias que han soportado el mes pasado cuando permanecieron aislados tres semanas. Fue a causa de la destrucción de los caminos de acceso que provocaron los desbordes de canales y acequias de desagües que bajan desde los cerros.
“Desde ayer llueve, pero no mucho. La cuestión es que el agua que nos anega siempre baja desde la serranía. Así a veces aquí no cae ni una gota, pero llega de repente tremendos torrentes que arrasan con lo que encuentran en el camino”, dijo Celeste Vega. Esa comunidad está amenazada por un enorme socavón de unos 200 metros de largo, 100 de ancho y 15 de profundidad que se ensancha paulatinamente cada vez que llega una creciente. La grieta ya destruyó el edificio de una escuela y las casas de cuatro vecinos. Ahora están en riesgo la de otros tantos.
El comisionado comunal, Carlos Castro, dijo que con la provincia trabaja en la elaboración de un plan de obras de desagües que apunta a encauzar las corrientes descontroladas que arremeten desde la serranía y destruyen los caminos y campos de la zona. Pero no solo en esta zona se reportan daños en rutas provinciales y vías terciarias. Los pobladores de San José (La Cocha) están movilizados por los inconvenientes que padecen ante el pésimo estado de las vías de comunicación interna y los de Amberes que formalizaron planteos ante autoridades comunales. El acercamiento de la zafra azucarera incrementa la preocupación ante el riesgo de cañeros de llegar a no poder sacar la producción