Una investigación realizada por especialistas de la Universidad de Stony Brook de Estados Unidos y publicada ayer en la revista Nature asegura que el cambio climático es el causante del aumento de las precipitaciones en la zona norte del océano Atlántico.
Según registros relevados en 2020, el incremento de las lluvias fue del orden del 5% en los tres días cuando más tormenta hubo y de hasta el 10% en las tres horas más intensas de esas jornadas, durante la temporada ciclónica y respecto a datos de 1850.
A partir de comparar esos relevamientos, los científicos diseñaron modelos para determinar cuál debería haber sido el nivel de lluvias sin alteraciones climáticas y cuál fue el que cayó, y sus conclusiones arrojaron el incremento porcentual publicado, tanto en lo cortos como en largos períodos de tormenta.
En 2020, se detectaron en la región 30 huracanes, de los cuales una docena tocó tierra en América del Norte, causando estragos de distinta consideración. Estos fenómenos son particularmente sensibles a los cambios climáticos, ya que se forman por la combinación entre la humedad atmosférica y la temperatura de la superficie marina. Hace dos años, el alza de los valores de concentración de humedad en la atmósfera (determinante para tornados y huracanes) fue de entre el 8% y el 11% en los días de tormenta, el doble de lo que esperaban los científicos que determinaron que la temperatura en la zona era entre 0,4 y 0,9°C más alta que en la era preindustrial y que alcanzó los 27ºC.
El origen de esta situación remite a las emisiones de gas de efecto invernadero. La ONU, recientemente, hizo un nuevo llamado para frenar de inmediato la quema de combustibles fósiles para revertir la crisis actual.